Confetti

María del Carmen Delfín Delgado

Primera parte

Exiliado en 1915 en Estados Unidos ya que Venustiano Carranza pretendió encarcelarlo por considerarlo demasiado crítico. Antes de las elecciones de 1920, se pone a las órdenes de Álvaro Obregón para apoyarlo en el Plan de Agua Prieta donde se plantea destituir de la presidencia a Carranza.  Bajo el mandato de Obregón fue designado Secretario de Instrucción Pública, sumándose a la lista de nombramientos y actividades acumulados, como: fundador del Ateneo de la Juventud, Rector de la Universidad Nacional, Doctor Honoris Causa por la misma y por la de Chile, candidato presidencial en 1929, miembro del Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de la Lengua, director de la Biblioteca de México, entre otros. Propuso el escudo que actualmente representa a la UNAM y acuña la frase que la distingue: “Por mi raza hablará el espíritu”.

En su cargo en la Secretaría de Instrucción Pública inició un ambicioso proyecto educativo y cultural en el país, hizo la primera reforma educativa ya que la educación mexicana aún conservaba la forma colonial, donde el clero y las escuelas particulares proporcionaban la instrucción desde primaria hasta profesional basada en un modelo atrasado y debilitado por la lucha revolucionaria (1857-1911).

Su proyecto comprendía programas de instrucción popular, escuelas rurales, promoción del arte y la cultura por medio de la edición de libros al alcance del pueblo con obras del acervo mundial, distribuidas por todo el país convenciendo a cada profesor de ser un misionero en esta noble labor que calificó como “Misiones Culturales”. Dio inicio al programa de intercambio cultural y educativo para que estudiantes muy jóvenes y sobresalientes viajaran a países de Sudamérica y al mismo tiempo otros llegaran de aquellos países al nuestro.

El 20 de junio de 1920 inicia su Cruzada contra el Analfabetismo, con el apoyo entusiasta de los maestros, pero particularmente por las maestras, que se prolongó hasta su salida de la Secretaría en 1924. Vasconcelos expresó: “Los países en vísperas de guerra llaman al servicio público a todos los habitantes. La campaña que nos proponemos emprender es más importante que muchas guerras… El país necesita que lo eduquen para poder salvarse.”

Esta ambiciosa cruzada fue seguida puntualmente con publicaciones de Circulares en los periódicos El Universal, Excélsior y El Demócrata. En la circular No. 1  se daban a conocer los puntos medulares de dicha cruzada: crear un equipo de profesores, hombres y mujeres, que hubieran cruzado el tercer año de primaria como mínimo, inscritos en un registro controlado por la Universidad, que desearan dedicarse voluntariamente a la enseñanza de la lectura y la escritura recibiendo un diploma para acreditarlos como Profesor Numerario de Educación Elemental. Tendrían que dar clases a dos personas por lo menos, en el domicilio del maestro o algún lugar adecuado, comenzarían hablando sobre la higiene, alimentación, cuidado personal, ejercicio, etcétera. Mas adelante esta convocatoria se extendió a las señoritas que no tuvieran trabajo fuera de sus hogares, para educar a niños, hombres y mujeres. Al término de la preparación los alumnos serían examinados por los inspectores autorizados para recibir su certificado y ser candidato a algún empleo.

En la circular No. 5, el licenciado Vasconcelos informó que a cuatro meses del inicio de la campaña se habían inscrito más de 1500 profesores y 10 000 alumnos pero que era necesario esforzarse más para meditar en la realidad de México: “ reducido a la pobreza y a la ignorancia y teniendo que vivir en la competencia diaria con los países ricos e ilustrados”.

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