El mexicano Luis Rafael Herrera-Estrella ha sido nombrado miembro de la Academia de Medicina, Ingeniería y Ciencias de Texas (TAMEST), reconocimiento al que fue propuesto por ser integrante de la Academia Nacional de Ciencias de EU, a la que pertenece desde 2003.
Herrera-Estrella obtuvo su doctorado y posdoctorado en genética en la Universidad Estatal de Gante, Bélgica. Es titular de 15 patentes, ha publicado más de 180 artículos de investigación, 47 capítulos de libros y otras reseñas, y ha realizado más de 200 presentaciones sobre su trabajo. También es socio fundador de Stela Genomics, empresa fundada en 2011 en EU, que administra y comercializa todos sus registros de propiedad intelectual.
Actualmente es el director del Centro de Genómica Funcional del Estrés Abiótico, en el Departamento de Ciencia de Plantas y Suelos, de la Universidad de Texas Tech. Para la puesta en marcha del Centro se cuenta con diez millones de dólares, cinco aportados por la misma Universidad y el resto por la Iniciativa de Investigación Universitaria del Gobernador del Estado de Texas (GURI), y que busca llevar a las universidades del estado a los mejores investigadores del mundo en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina.
El doctor Herrera-Estrella fue director y profesor titular del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (LANGEBIO) en el Cinvestav Irapuato, México, durante ocho años. Al término de su segundo periodo directivo no podía asumir más el cargo, lo cual coincidió con la invitación por parte de autoridades del Texas Tech University para dirigir un grupo científico de desarrollo genómico para mejoramiento de plantas.
“Acepté al ofrecimiento a condición de que no me desligara de mi grupo de investigación en LANGEBIO. Tramitaron un donativo muy grande entre el gobierno del estado de Texas y la universidad para crear el Centro de Genómica”, declara en entrevista el científico mexicano quien también es profesor invitado en la Universidad Agrícola de Nanjing, en China.
“Los transgénicos tuvieron un impacto enorme en el desarrollo de la biología vegetal, transformaron la manera en que se hacía. El hecho de contar con la tecnología de modificaciones genéticas para estudiar todos los procesos biológicos en plantas ha permitido avanzar tanto en los últimos 30 años. Les guste o no les guste, se siembra más de 170 millones de hectáreas de transgénicos en el mundo”, concluye el doctor Herrera-Estrella. (Agencia ID)