Pienso, luego escribo

SALDO NEGATIVO

Por Akiles Boy *

No es bueno ser una voz discordante, más pronto que rápido, lo convierten en el odioso del grupo o de la comunidad, en enemigo público. Estamos tan acostumbrados o tan cómodos en la cultura del conformismo, de la pasividad, del silencio, de no ir a contracorriente, de no arriesgar, del  miedo a ser señalados, de actuar con diplomacia, con demasiada cautela para no hacer enemistades  visibles, aunque siempre las tengamos ocultas. Dijera un paisano, una cosa es ser noble, y otra es ser pendejo. Los gandallas suelen no establecer la diferencia.

La lucha por el poder es también una condición humana, sucede hasta en las “mejores familias” y es motivada por diversos factores, religiosos, políticos, económicos, ideológicos, raciales, territoriales, patrimoniales, etcétera. Desde luego la cultura predispone las formas de los conflictos. Con una educación precaria, la cultura también se empobrece y las formas de lucha se ven primitivas, rupestres, parecen  nunca evolucionar, sobretodo en sociedades altamente contaminadas por la corrupción.

Esa referencia tiene que ver con la disputa actual por la titularidad del Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz,  ORFIS. Pero antes, estimado lector, una pequeña dosis de historia de los órganos de control en la Entidad. El 17 de agosto de 1985, mediante reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Estatal, se crea la Dirección General de Contraloría, como una dependencia del Ejecutivo, con este esquema, el Congreso del Estado se haría cargo del control externo, y esa Dirección tomaría el control interno, a cargo del Gobierno, en materia de fiscalización.

Cuatro años después, en 1989, por otra reforma a la misma Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado, surge la Contraloría General, como Dependencia Centralizada del Poder Ejecutivo, con la función de controlar y evaluar la acción gubernamental, además de la inspección, vigilancia y fiscalización de los recursos de la Administración Centralizada y Paraestatal. Casi una década después, en 1998, se promulga la Ley de la Contaduría Mayor de Hacienda en el Estado de Veracruz, a este nuevo Órgano de corta existencia, le correspondió ejercer las competencias transferidas por la Federación en el rubro de control y fiscalización. Por último, en el 2000 hace su aparición el ORFIS, El Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz, cuando se efectúa una reforma integral a la Constitución Política Local. Es creado como un Organismo Autónomo del Estado, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propios, autonomía técnica, presupuestal y de gestión, que apoya al Congreso en el desempeño de su función de fiscalización superior. Desde esa fecha, Veracruz ha soportado el paso de cuatro gobernadores, de acuerdo con el juicio popular, los peores de su historia. Por su parte, el Organismo ha tenido tres titulares, El primer Auditor General fue Rene Mariani Ochoa (2000-2006). Le siguió Mauricio Audirac Murillo (2006-2012), el mismo que después estaría en prisión una temporada, no hace mucho tiempo, y el actual Lorenzo Antonio Portilla Vásquez (2012-2019) que pretende reelegirse en el cargo por otros siete años.

Como dicen, no hace falta recurrir a los datos duros y fríos de la estadística para evaluar el desempeño del Ente Fiscalizador de Veracruz, nomás basta mirar las ruinas y el deterioro social y económico del Estado, derivado del saqueo impune en los últimos veinte años. Para los ciudadanos un gasto inútil, una inversión sin justificación ni rentabilidad en las contralorías y los órganos de fiscalización. Los resultados infinitamente pobres. Persisten con obviedad, las viejas prácticas de la simulación, el maquillaje, la omisión, la complicidad y el encubrimiento. Es “extraño” que ahora se enfrenten por la posición y quieran revertir el desprestigio de la institución. Se lee en el inicio de la Página del ORFIS de Veracruz ”Por una Fiscalización Superior confiable, oportuna y eficaz”. A la luz de los resultados, los ciudadanos tendrán su propia calificación, mientras tanto, en la cuenta,  el saldo es negativo. Cierro la entrega con un agradecimiento a Leonor de la Miyar Huerdo, Presidenta de la Asociación Otero Ciudadano y de la Comisión de Honor y Justicia de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C., por su siempre generosa disposición para compartir en la pluralidad. Hasta la próxima.            

Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.

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