Camaleón

Sísifo en la política nacional y la aldeana

Alfredo Bielma V.

En la mitología griega Sísifo se ilustraba como un hombre a cuyo encargo estaba subir una roca sobre empinada cuesta y antes de llegar a la cumbre la pesada mole se deslizaba hacia abajo, y a Sísifo correspondía la tarea de repetir la empinada ruta y reiniciar un ciclo interminable. Así parece diseñarse la historia de esta muy sufrida entidad, a quien Némesis dotó de recursos naturales inmensamente ricos a cambio de que sus hombres, ávidos de riquezas y de poder, los echaran a perder. No es ocioso acudir a la cosmogonía griega para describir cuanto ocurre en Veracruz porque sirve para ilustrar con meridiana claridad la desventurada historia de sus primeros años del siglo XXI.

Durante el gobierno de Miguel Alemán Velasco se diseñó la frase “Veracruz lo tiene todo”, para significar los grandes recursos con que la naturaleza dotó al perímetro territorial veracruzano; el sucesor de Alemán, Fidel Herrera, con su típico e ingenioso sarcasmo, le agregó a la frase “Veracruz lo tiene todo… por hacer”. Pero él no hizo mucho…de bueno… y allí justamente es posible advertir el parteaguas veracruzano, porque a partir de Fidel Herrera se instauró el ejercicio patrimonialista del poder, las viciadas prácticas instrumentadas para beneficio de unos cuantos sin importar el bienestar de la población.

Pero si con Fidel Veracruz no hubiera tenido suficiente, su sucesor, Javier Duarte de Ochoa, magnificó al non plus ultra los desperfectos de su maestro; es posible afirmar que las generaciones nacidas con este siglo en Veracruz solo conocen la desgraciada situación que ahora se vive, no guardan referencia que esta entidad fue potencialmente considerada como “Granero y Yunque de la Nación” que, aunque quedó en hipótesis, reflejaba su enorme potencial.

Después de esos estropicios, mal abonados por un corto y nada sustantivo interregno de dos años encabezados por Miguel Ángel Yunes Linares, Veracruz sigue en la inopia económica, envuelto en la azarosa vorágine de la violencia, lejos del luminoso destino trazado para una entidad paradigmática en el mapa federalista del país. Ahora, la incógnita a descifrar es saber si Cuitláhuac García podrá con el paquete de sacar a Veracruz de la barranca, aunque hoy por hoy no se divisan señales que presagien buenas nuevas, no con el equipo que conjuntó o le integraron al actual gobernador. Pudiéramos equivocarnos, queremos equivocarnos porque si la esperanza se perdiera significaría que caminamos al borde del precipicio sujetos a deslizarnos cuesta abajo con el menor de los tropiezos.

Hay señales que avisan la preocupación del gobierno federal por lo que ocurre en Veracruz, sus parámetros indican que ya comprobaron la necesidad de intervenir, los primeros síntomas obligaron a terminar el ya largo y pernicioso diferendo entre el gobernador y el fiscal y, por toro lado, alertar que en materia de salud la situación pudiera agravarse.

No es casualidad que el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, como el Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, durante la semana hayan aludido a lo que ocurre en la aldea veracruzana, el primero para apuntalar el fiscalazo, el segundo para ventilar la preocupante proliferación del dengue ante la pasividad de las autoridades del ramo en la entidad. La defenestración de Winckler, ”haya sido como haya sido”, era un objetivo prioritario. En el caso del dengue, la autoridad federal sabe de los altos riesgos de su propagación y le preocupa porque ronda el rumor acerca del retraso en el suministro de recursos para comprar insecticidas para funigar, unoa de las causas de que se hayan triplicado los casos de dengue en entidades como Tabasco, Quintana Roo, Jalisco y Veracruz, aunque en esta última entidad al secretario de salud “el dengue no lo asusta” a pesar de 2 mil 860 casos de dengue clásico y 387 con signos de hemorrágico.

“Hubo una vez un fiscal en tiempos de transición de un régimen a otro, que estrenando autonomía enfrentó la ola transformadora y fue arrollado por implementos de discutible legalidad, pero de singular eficacia operativa porque alcanzó el propósito deseado …”, tal pudiera ser la crónica en el caso gobierno vs Winckler a quien le echaron montón para terminar de una vez por todas con un nocivo enfrentamiento del cual la delincuencia ha salido favorecida. No obstante, al margen de pragmatismos políticos, ni duda cabe que el Estado de Derecho ha sufrido grave mengua, y es preocupante porque la impotencia y las prisas por implantar el nuevo régimen invitan a recurrir a procedimientos de fuerza, alentando la indeseable tentación de resolver las discrepancias por la vía de la fuerza sobre los principios del Derecho.

Este momento evoca aquella proclama de “al diablo con las instituciones”, pronunciado en 2005 por el actual presidente de México como reclamo contra el atosigamiento del posible desafuero. Ese episodio y otros más como la elección presidencial de 2006 parecen haber marcado la psique de quien ahora gobierna a México, experiencia y enseñanza se conjugan en la síntesis de esas circunstancias, que en ocasiones producen sabiduría, aunque en otras exudan amarguras, que sea lo primero por el bien de México y sus de instituciones.

alfredobielmav@hotmail.com

7- septiembre-2019.

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