Y Cuitláhuac se transformó
Por Iván Calderón
Durante los gobiernos de Javier Duarte y de Miguel Ángel Yunes Linares, tanto el Gobernador, como la mayoría de sus Secretarios de Despacho se volvieron tan frívolos y arrogantes que rallaban en el descaro, y tal y como está pasando en la actualidad, importándoles muy poco la opinión ciudadana que era documentada por los medios de comunicación.
Grave error.
Duarte y Yunes se convirtieron en enemigos de la prensa, se encerraron en un pequeño círculo, y si existían críticas, siempre estas eran minimizadas, ya que antes de pensar que estaban actuando mal, se auto convencían que eran ataques pagados por sus adversarios políticos o simple y llanamente “que algo querían los pinches medios de comunicación”.
En aquel pasado reciente, todos los errores del Gobierno ya sea del PRI o del PAN, eran maximizados por el Movimiento de Regeneración Nacional.
MORENA al parecer tenía el remedio para todos los males de Veracruz y eran los medios lastimados y menospreciados, los que replicaban y ayudaron a fortalecer una ideología que era la esperanza para todo el país.
Sin embargo, quién sabe que tienen las mieles del poder, que algo pasó, puesto que la administración de Cuitláhuac García se convirtió en lo mismo que antes criticaban, ya que mientras Veracruz continúa sufriendo los embates del crimen, con crisis económica y hasta de salud, García Jiménez ya se enganchó en los vano y lo superfluo, dejando atrás los vehículos sencillos, por camionetones de lujo que dijo no usar jamás o encerrándose en un su minúsculo mundo negando totalmente su realidad.
Llama mucho la atención que un hombre que se dice del pueblo, atienda a sus gobernados desde su millonario vehículo, quienes le reclamaban que no podían con el pago de $1400 pesos por una pipa de agua, o que sea el mismo mandatario que al momento de pagar $200 pesos “por unos tamales” a una dama en carretera, le exija el importe correcto del cambio, cuando apenas era su primera venta.
En muy pocos meses García Jiménez eliminó la sensibilidad y tacto político, envalentonado por una sola victoria, que fue la salida de Jorge Winckler de la Fiscalía, se comporta de forma arrogante, y lo peor, sigue sin conectar la lengua con el cerebro. Macabra combinación.
El ejecutivo estatal aún no se da cuenta que nada es eterno y que así como arrasaron en las pasadas elecciones, así pueden perder importantes escaños en las elecciones intermedias que puede representar el principio del fin, pues ya no es la prensa, es la misma ciudadanía la que está reprochando la falta de resultados de un Gobierno que se vendió como la panacea social, ofertando un cambio que aún no ha llegado.
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