UN RATO EN LA OBSCURIDAD
“Tenemos que estar bien, para que los demás estén mejor”
Por Akiles Boy *
Insistimos en la distancia, en la división antes que la suma. Nuestra terquedad y la otra cultura, impuesta durante décadas, por la televisión, los gobernantes rapaces y la cada vez más deplorable clase política mexicana, ha conseguido que este País pase de los altibajos a la anarquía, de la riqueza, a la vergonzosa pobreza, de ser la cuna de grandes civilizaciones, a ser una de las naciones con más rezagos en educación. Los valores y tradiciones de nuestra cultura, los hemos dejado morir como buena parte de los ecosistemas que tenía el territorio nacional. Por más que se presuman avances en el desarrollo y modernidad, México continúa presentando, sin discusión, los indicadores y síntomas de un País subdesarrollado, casi al final de los primeros veinte años del siglo XXI.
Somos tan patéticos, que el masoquismo también es parte de nuestra cultura. El engaño, el abuso, el robo, son signos de la normalidad. Lo extraño, lo inusual, lo extraordinario, es la ética y la honestidad. Somos tan surrealistas, que cualquier suceso de la realidad nacional, supera cualquier historia de ficción. Dos botones de muestra, uno, el “relanzamiento” de la investigación del Caso Ayotzinapa. Han transcurrido cinco años y los mexicanos no conocen la verdad jurídica, la histórica ni la real. El asunto, en forma deliberada o por incapacidad, pasó por diversas instancias y procesos indagatorios, que lo hicieron confuso e irresoluble, para tranquilidad de los autores intelectuales del genocidio.
Otro botón, es la aprobación de la nueva Reforma Educativa con sus Leyes Secundarias. La anterior, aprobada al inicio de la pasada Administración Federal, simplemente fue sepultada. Surge una “nueva” Escuela Mexicana, mientras el control y asignación de las plazas de docente, vuelven a los procedimientos establecidos en los acuerdos y negociaciones del Estado con las Organizaciones Magisteriales. Se cuestiona la importancia de la evaluación docente y la calidad educativa en el nuevo modelo. En poco tiempo, que será al término del actual ciclo escolar, tendremos que ver resultados y señales claras de que el Sistema Educativo Mexicano, ahora sí, recobra su vigor, recupera su ruta y mejora su eficiencia y calidad.
Estamos en un País de somnolientos. Hace diez años o más, ya se advertía del peligroso aumento de la violencia y la delincuencia, de la rápida expansión del narcotráfico. Nos ganó la indiferencia, la comodidad de sentirnos a salvo. Nos confiamos en que otros harían el trabajo de combatirlos, de controlarlos, de contenerlos, de alzar la voz para denunciarlos. Hoy, nos lamentamos, nos quejamos, nos preocupamos. Una reacción tardía. Ahora, exigimos a la Autoridad, acciones contundentes y resultados tangibles. Por eso, en la retórica oficial, en una “profunda reflexión”, nos dicen que esta temporada de inseguridad y de intranquilidad social, no pasará pronto. Son tiempos de efervescencia de los grupos delincuenciales, de un Estado y sus corporaciones de seguridad penetrados y rebasados, y apenas en proceso de reorganización y saneamiento, y para remate una sociedad cada vez más polarizada. ¡Dios nos agarre confesados! Hasta la próxima.
Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.