Pienso, Luego Escribo

LA VIOLENCIA Y EL GUASÓN.

Por Akiles Boy *

Los escenarios de la violencia se multiplican. La sección de Nota Roja  en los medios de comunicación, se extendió a la misma velocidad con la que  aumentó la criminalidad en este País. Esta es una realidad ineludible, que ha marcado a los últimos Gobiernos, sin importar el color o la ideología. Esa violencia que la sociedad deplora y padece. La que ha creado ambientes de psicosis para los ciudadanos. La que genera afectaciones emocionales y atenta contra la vida y la libertad. Sus causas principales están plenamente identificadas, la fallida guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado. Por otro lado, la evidente y perniciosa descomposición social. Como si hubiéramos entrado a la Casa del Terror, la mayoría de los mexicanos quedamos en la incertidumbre y en estado de indefensión.

Para nada o muy poco sirven las excusas, las justificaciones, las acusaciones, las lamentaciones. El pueblo espera acciones, inmediatas,  eficaces, determinantes. Abatir o disminuir la violencia y los índices delictivos, con hechos, con resultados. Ya se cansó, se hartó la gente de los discursos. Erradicar la corrupción llevará su tiempo, lo mismo que la impunidad que corre al parejo. El saneamiento de las Instituciones de Impartición y Procuración de Justicia, también necesita su tiempo y decisiones contundentes. Como dicen, “despacio, pero sin pausa”. Se degradaron el sistema político y las instituciones, y en lugar de corregir, se alentaron y se aumentaron los vicios, las inercias y las prácticas nocivas en cualquier actividad pública y también privada. Dejamos que el monstruo creciera y ahora amenaza con devorarnos.

El fenómeno de la violencia y sus diferentes expresiones, no es reciente, ni exclusivo de nuestro País. La violencia tiene sus orígenes en la insatisfacción, en la inconformidad, en las frustraciones, en los traumas sociales e individuales y hasta en la lucha por el poder, en el planeta y en pequeños entornos como el laboral y el doméstico. Se puede generar por emociones incontroladas, que surgen por el conflicto y la crispación, pero también pueden ser atentados planeados, por mentes torcidas, perversas, que tienen disposición genética a la agresión. Por supuesto, este tema es materia de psicólogos y especialistas afines. Pero, la situación está tan generalizada, que nos obliga a pensar y repensar en el asunto.

Es estos días corre la polémica, tras la exhibición en el mundo, de “Joker”, (“Guasón” en español), película norteamericana, dirigida por  Todd Phillips y con la magistral actuación de Joaquín Phoenix. En una corta reseña, el filme muestra el obscuro y truculento origen de Arthur Fleck, un atormentado hombre, con graves problemas mentales y una historia de maltrato y rechazo social. El frustrado comediante y después legendario enemigo de Bruce Wayne (Batman), vive una serie de acontecimientos que lo empujan a la carrera delictiva y a convertirse en un anarquista y enemigo público de una ciudad decadente. Phoenix es el séptimo actor que interpreta ese personaje, antagónico del Caballero de la Noche. Atrás quedaron las espectaculares actuaciones de Jack Nicholson y Heath Ledger, personificando al icónico villano. Esta nueva apuesta de filmes de personajes de los comics,  es de DC Films y Warner Bros Pictures, compañia distribuidora de la cinta, que se perfila para romper records de taquilla y ser la ganadora de  muchos premios de la temporada.

Para terminar, “Joker” es una película de ficción. El personaje es parte del viejo Comic, que recrea las aventuras de Batman “Hombre Murciélago”, el superhéroe de los habitantes de Ciudad Gótica. Delineado con el perfil de un villano, sufre la transformación, de un enfermo, pero pacífico ciudadano, a un criminal violento e incitador a la anarquía citadina, como acción de protesta o rebeldía ante un sistema económico y social injusto y depredador. “Cualquier parecido con alguna realidad es mera coincidencia”. Es una cinta con escenas de violencia, pero no la enaltece o hace apología de la misma. La plantea como una reacción humana, en este caso, ante circunstancias de injusticia y opresión social. Dijo Phillips, en respuesta a la crítica,  “No es responsabilidad de un Cineasta enseñar valores o moral al mundo”. Solo es entretenimiento. Usted tendrá su propia opinión estimado lector. Hasta la próxima.

Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.

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