Confetti

CELEBRANDO A NUESTROS MUERTOS

Maricarmen Delfín Delgado

En México nos llena de orgullo seguir las tradiciones en todas las épocas del año como símbolo de identidad con los nuestros y ante los ojos del mundo para distinguirnos como un pueblo que ha sabido conservar y enaltecer sus raíces, sobreviviendo al sincretismo cultural producto de la invasión española de la que fueron víctimas nuestros antepasados.

El Día de Muertos o Fieles Difuntos es una tradición de origen prehispánico que se lleva a cabo el 2 de noviembre pero se une desde el día 1 a la celebración católica de Todos los Santos, para la cual nos preparamos días antes de esta fecha con el colorido y artístico papel picado, la flor de muerto o Cempoalxóchitl, las velas o veladoras, las canastas con sus ricitos de papel china y otros complementos que acompañarán a las frutas y alimentos típicos para esperar pacientes a los espíritus que cada año llegan del inframundo en estos días.

Una de las ceremonias propias de esta fecha es el Xantolo o Fiesta de las Ánimas, que se lleva a cabo en la región de las huastecas veracruzana, hidalguense y potosina, de origen prehispánico pero con influencia de otras culturas. Para los huastecos la esencia de sus muertos está presente, para ellos el espíritu disfruta del olor y el sabor de las flores, las frutas, la comida y las bebidas, así también disfrutan al percibir  la luz de las velas  y  la música, que les recuerdan los momentos vividos aquí, reforzando la idea de que el cuerpo se va a la tierra pero el alma se queda en este mundo. Consiste en un baile realizado por los habitantes de la población acompañados por las notas del violín clásico de estas regiones, donde las mujeres se disfrazan con atuendos masculinos y los hombres con atuendos femeninos complementados por máscaras de personajes míticos y carnavalescos.

La UNESCO nombró en 2003 Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad a la celebración tradicional mexicana de Día de Muertos, por considerarla una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, así como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre el pueblo.

Además de Xantolo, en nuestro país se recuerdan, de una manera especial, a los seres queridos fallecidos con la idea de que están ausentes por un tiempo pero regresan en determinados momentos para convivir en este mundo, especialmente en el mes de noviembre. Esta costumbre es herencia de los pueblos prehispánicos volviéndose festividad con el sincretismo español donde se impuso el catolicismo.

En Veracruz se sigue esta antigua tradición en todo el estado pero hay lugares emblemáticos donde puede apreciarse el esmero y amor a sus creencias, como Tempoal, Tantoyuca, Pánuco y el El Higo, con el Xantolo; en Xalapa  el festival de Mictlán con recorridos nocturnos a los panteones, exhibición y concursos de altares y Catrinas, y representaciones teatrales alusivas a la fecha. La Cantada en Naolinco, recorridos y exposiciones en los pueblos mágicos de Xico y Coatepec, por citar algunos.

Pues a celebrar gustosos a nuestros muertos

con alimentos, bebidas y mucha emoción

que cuando nos toque el momento incierto

llegaremos ya huesudos pero contentos

buscando en los altares lo que marca esta tradición.

mcarmendelfin@hotmial.com

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