Como parte de los trabajos del Octavo Coloquio Iberoamericano “Estado Constitucional y Sociedad”, este día Manuel Alcántara Sáez, catedrático de la Universidad de Salamanca, España, quien es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, y Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid, impartió la videoconferencia denominada “La fatiga de la democracia en América Latina”.
Durante su exposición destacó, entre otras cosas, que “para definir el concepto de ‘fatiga’ en la democracia debo decir que existe malestar popular con la política y la democracia; y de donde parto es de encuestas de opinión pública que se hacen en toda la región; ustedes han oído hablar del Latinobarómetro o del Barómetro de las Américas; estas instituciones nos señalan repetidamente que las tasas de confianza institucional cada vez son más bajas; dicho de otra manera, las personas cada vez confían menos en las instituciones, sobre todo en las instituciones representativas”.
Sostuvo también que “tampoco hay confianza en los medios de comunicación; no hay confianza en las policías; no hay confianza incluso en los empresarios; pero esto sobre todo es muy serio en las instituciones de representación, dicho de otra manera: en los partidos políticos y en los congresos o asambleas legislativas; en segundo lugar, hay un crecimiento en la insatisfacción con la democracia; es decir, la democracia que hace apenas 15 años tenía un apoyo del 75 por ciento, hoy ya está por debajo del 60 por ciento como media en la región”.
En tercer lugar, indicó, hay un incremento notable de la visibilidad de la corrupción política; “no quiero decir que hoy haya más corrupción que hace 10 años, sino que la gente es más consciente de que hay corrupción política; los escándalos nacionales e internacionales como Odebrecht, o los que hay en cada país dan cuenta de ello, también los índices que miden la corrupción internacional y de transparencia lo demuestran”.
Dijo que “el último elemento de este malestar popular con la política es la auto consciencia de la desigualdad; es decir, hoy la gente tiene una percepción de que es más desigual que antes, repito es una percepción pero a veces los datos desmienten esa percepción; y hay países, sobre todo en la primera década de este siglo, que disminuyeron la desigualdad pero la gente no tiene la percepción de que haya disminuido la desigualdad; la gente, por el contrario, piensa que las desigualdades han aumentado, que los que pocos que concentran la riqueza, concentran más riqueza hoy que hace unos años y que la mayoría de la gente ha perdido el nivel de concentración de su riqueza”.
Finalmente aseguró que “otro elemento que contribuye a esta fatiga de la democracia es la pérdida de relevancia de la principal instancia que ha tenido la democracia, en América Latina y en el mundo durante el último siglo, como lo son los partidos políticos; hay una baja identificación con los partidos políticos, dicho de otra manera: la gente no se identifica con ellos pues apenas un 10 por ciento en promedio para toda América Latina se identifica con un partido político, es decir que el 90 por ciento no se identifica con alguno”.