Los desaparecidos de Playa Vicente
Salvador Muñoz
La palabra también a veces es Circunstancia. De seguro muchos recordarán a David Copperfield y sus increíbles actos de ilusionismo, como cuando “desapareció” un Jet o la Estatua de la Libertad por citar algunos de sus más espectaculares actos… el “Desaparecer como por arte de magia” tenía un sentido misterioso, fantástico, sorprendente, que aderezaba cuando con unos ademanes, el objeto volvía a su punto de origen como si nunca se hubiera movido de allí… buscarle explicación era tortuoso para nuestro razonamiento y sólo los que gustaban de maravillarse, se olvidaban de encontrarle lógica al momento…
En política, el sentido de “desaparecer” está latente en las arcas, sean municipales, estatales o federales. El funcionario corrupto es también un mago, un ilusionista, capaz de “desaparecer” millones y millones de recursos públicos y hacerlos aparecer en sus bolsillos… sí, son los émulos de David Copperfield aunque también están los de Beto El Boticario, los del “¡Tatatiu, tatatiu!”, los de “La Hora Chingüengüenchona”, que si les damos el beneficio de la duda, supongamos que los dineros no paran en el bolsillo, sino que son devueltos a la Federación, lo que los hace ineficiente administrativamente y por ende, el ciudadano deja de recibir beneficios por esta mediocridad… en el sentido estricto de la democracia, estos funcionarios deberían de “desaparecer”…
Al principio de estos comentarios, decía que la palabra es a veces también Circunstancia… en México, sin dejar a lado a Veracruz, “Desaparecer” tomó un sentido oscuro, de miedo, zozobra, incertidumbre, desconsuelo, angustia… quizás esos mismos sentimientos que se vivieron a finales de los 60 y principios de los 70… mismos pesares que ubicados en nuestra entidad, se incrementaron en el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa y que en las siguientes administraciones dieron lugar a macabros hallazgos…
A veces tengo la sensación de que en Veracruz como en el país, los ciudadanos no han dimensionado el tamaño de la “desaparición” de personas… se aboga a “El Muerto Vivo” (No estaba muerto / andaba de parranda) y decir que se fue con el novio, quizás en una forma subconsciente de no pensar en lo peor, pero cuando un Gobierno crea una Comisión Estatal de Búsqueda (CEBV) es porque entiende que el problema está latente, palpita y hace que sus ciudadanos teman… como es el caso de Playa Vicente, por citar un ejemplo: Si se checan los datos que proporciona la misma CEBV, nos habla de 12 personas “desaparecidas” en un mes.
Casos:
Jorge Luis Mariano Marcial, de 28 años, reportado el 3 de enero.
Teófila Salas Cardoza, 34 años, reportada este 26 de enero.
Jaime Velasco Ojeda, 36 años, reportado el 27 de enero.
Galdino Carrillo Ojeda, 29 años, reportado el 27 de enero.
Florencio Castillo Carrillo, 34 años, reportado el 27 de enero.
Javier Aguilar López, 43 años, reportado el 27 de enero.
Genaro Antonio Manzano, 52 años, reportada el 26 de enero.
Vicente Bautista Martínez, 22 años, reportado el 27 de enero.
Araceli Bernal Sánchez, 22 años, reportada el 26 de enero.
Nabor Antonio Manzano, 25 años, reportado el 23 de enero.
Fuera de los datos de dicha Comisión, igual se reportan dos casos:
Jorge Arciniega Jacinto, reportado el 23 de enero.
José Luis Prisciliano Gómez, 31 años, visto por última vez el pasado 27 de enero.
Si bien algunos de los citados no son oriundos de Playa Vicente, el asunto es que es en este municipio donde se dan las Desapariciones.
No sé si en otros municipios se dé en un día el caso de siete desapariciones que es mucho, pero que obliga no sólo a los ciudadanos, a autoridades municipales, diputados, Gobierno estatal y Fiscalía, a dar la cara a los vecinos de Playa Vicente y explicar qué es lo que está sucediendo porque no es normal… ¡siete en un día para completar 12 en un mes! Esto no tiene nada de magia…