¿Cuándo acabará esto?
Edgar Landa Hernández.
Mientras esto escribo, miro a través del televisor un anuncio del gobernador de nuestro estado veracruzano, Cuitláhuac García, haciendo mención que distintas poblaciones se verán afectadas debido a la contingencia que ha provocado la pandemia del coronavirus.
Enseguida viene a mi mente todos aquellos que vamos al día, todos aquellos que por necesidad tenemos que trabajar y debemos de llevar el pan a nuestros hogares.
No es nada agradable ver sufrir a los demás, pero si sería maravilloso que aquellos que tenemos un poco más poder compartirlo con la gente que en verdad está padeciendo como nunca antes.
Después de esta tremenda enseñanza que nos dejará la pandemia, la vida cambiará en todo su contexto. Familias endeudadas, otras más sin miembros de su familia que desafortunadamente su destino era morir. Después de esto o descubrimos el verdadero rostro de la generosidad entre todos los habitantes de la tierra o seguiremos sumidos en el egoísmo racional de unos cuantos.
Hemos visto los errores del pasado, hoy en día debemos de enfrentar las dificultades del presente con fe, con convicción y de tal forma que después de este capítulo volvamos a crear sin nostalgias ni melancolías, mirando siempre hacia adelante, con esperanza y gracia, tejiendo con amor los hilos de la alegría.
Algo deberá también hacer los gobiernos en pro de sus gobernados para contrarrestar las penas que deja esta calamidad. Hoy la incertidumbre son aires irrespirables que enrarecen nuestra sociedad. Dios permita que pronto pase todo esto y después solo sea una mera anécdota en donde los afortunados seamos capaces de volver al origen inicial de nuestra humanidad que es y ha sido el amor.
Cuídense mucho mis estimables lectores, y espero pronto pase todo esto.
Se los comparte su amigo de la eterna sonrisa.