Los Políticos

Detrás de una chela o caguama

Salvador Muñoz

Por favor, piénselo un poco: imagínese en un espacio cerrado al lado de una persona que empieza a sufrir los estragos del confinamiento, que en su idioma sería algo así como “cero juevebes”, “cero ¡Por fin, viernes!”, “cero ¡Sabadaba!”, es decir, el no salir de casa a divertirse que se traduce en salir con sus cuates, amigos, compañeros de trabajo, ir a “echarse la chela”, “la copa” o “el pomo”… ¿Ya se lo imaginó? ¿de mal humor? ¿irritable? de cierto modo, no le está fastidiando el “Quédate en Casa”, sino en una de ésas sufre un síndrome de Abstinencia y ahora más remarcado después que en algunos municipios se había decretado una especie de “Ley Seca” que obligaba al vendedor ofrecer un determinado número de productos o en su defecto, vender en un determinado horario.

Al igual que ocurrió el Día del Niño, este martes, la noticia era que, tras haber finalizado esta Ley Seca, en algunos puntos del sur, como Ixhuatlán del Sureste, Nanchital, Coatzacoalcos y Villa Allende, la gente se atiborró en tiendas de conveniencia “para surtirse” de cervezas, o caguamas, rompiendo con uno de los principales protocolos de prevención contra el Coronavirus, como es la sana distancia y llegando a la aglomeración.

Entrar a dirimir qué obliga al individuo a buscar desesperadamente el cartón para abastecerse durante un lapso con el preciado líquido y hacer de su confinamiento un oasis, sería sumergirse en teorías de mercadotecnia, salud, clima y psique, que muchos en redes sociales concentraron en “gente loca”, “pinches borrachos” y por ahí, un “que se los lleve la chingada”… al final, la preservación de nuestra salud como de la familia, inicia en casa en un alto porcentaje… ya el resto corresponde a las autoridades.

Por cierto, en Xalapa, las autoridades municipales han asociado el consumo de alcohol con violencia intrafamiliar. A estas alturas, podría sostener que si su argumento es válido, imaginen qué tanto se puede agravar el núcleo familiar si uno de sus miembros es alcohólico y aparte de eso, con una merma considerable en sus ingresos. Les hablaba hace rato de irritabilidad, mal humor, pero súmele a este coctel, ansiedad, nerviosismo y depresión…

En Orizaba, las activistas de Marea Verde dan a conocer que en lo que va del confinamiento, ha ocurrido el asesinato de 18 mujeres en la entidad, “nueve de ellas en el interior de su domicilio en lo que va de la contingencia sanitaria”.

Estamos a unos diez días de que la “Nueva Normalidad” nos alcance… o un poco más… pero creo que las autoridades deben estar evaluando las condiciones sociales y económicas junto con las de salud que está enfrentando el veracruzano.

Hay estrés porque ya se van a juntar dos meses de renta… hay estrés porque en algunos empleos, se les paga medio salario… hay estrés porque hay que hacer milagros para multiplicar el pan y el vino, aunque en el sur de Veracruz apuesten por la caguama o la chela… ¡vamos! hasta hay estrés porque ya llevamos casi dos meses de “encierro” y mucha gente aún sigue creyendo que esto no es en serio… si no pueden seguir su vida normal es porque su empleador los obligó a retirarse a su casa, o porque en la tienda de abasto lo obligan a entrar con cubrebocas…

Uno supone que a estas alturas, cuando muchos veracruzanos que no gozan de un salario fijo, que viven al día, que son empleados de negocios “no esenciales”, nuestras autoridades deben estar estudiando el cómo vamos a entrar a la “Nueva Normalidad” porque no creo que muchos aguanten otra extensión de Quédate en Casa…

El atiborramiento de personas en tiendas de conveniencia por un cartón de chelas o caguamas debe considerarse más allá de un acto irresponsable… el síndrome de abstinencia combinado con la crisis económica que cada día se acentúa en muchos hogares, puede ser detonante para que en un hogar simplemente, por cualquier cosa, alguien reviente…

smcainito@gmail.com

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