Manantial Entre Arenas

DE LA NATURALEZA DE LAS COSAS

Por: Alberto Calderón P.

Un dicho popular menciona “todos los caminos llevan a roma”, este proverbio queda muy bien para explicar el origen y conocimiento de la vida, a partir de un destacado poema que cruzó el tiempo hasta llegar a Albert Einstein.

Lucrecio filósofo romano, escribió un poema didáctico llamado De rerum natura (de la naturaleza de las cosas), tiene la influencia de la física atomista cuya teoría venía de la India 600 años antes de la era cristiana y de Leucipo un filósofo griego del siglo V antes de Cristo, a quien se le atribuye este concepto físico. El poema esta escrito con una métrica de la antigua Grecia en seis libros. Se conoce su obra gracias a que un extraordinario rastreador de manuscritos antiguos llamado Poggio Bracciolini, quien tenía fama por haber encontrado un texto de Quintiliano que modificó la enseñanza del derecho en Europa y otro de Vitruvio que modificó la forma de construir edificaciones, pero la cereza del pastel fue el hallazgo de los poemas de Lucrecio en 1417, una copia de este se conserva en la biblioteca de Florencia.

El poema inicia con unos versos dedicados a Venus como símbolo creador de la naturaleza, más adelante impacta a Galileo, Kepler, Shakespeare cuando en parte de su poema dice: Mercurio: ¡Ajá! Ahora veo que os ha visitado la reina Mab, nodriza de las hadas. Es menuda como el ágata en el dedo de un anciano y viene en un carro tirado por pequeños átomos, que corren por la nariz de los dormidos hombres…

Lo que impactó a Einstein cuando dice Lucrecio en su poema: …tenemos una prueba viva de ello delante de nuestros ojos: si miras con atención un rayo de sol que entra por un agujero en un cuarto, verás moverse multitud de pequeños cuerpos que chocan unos con otros y se acercan y se alejan sin cesar. De eso puedes deducir cómo se mueven los átomos en el espacio.

En 1516 la religión católica prohibió su obra en las escuelas y en 1551, la condenó, pero el naturalismo y el racionalismo ya circulaba por los confines europeos, su poema no era solo una meditación sobre la belleza de la naturaleza. En el mundo expuesto en el poema no hay temor a los dioses, tampoco distinción entre la tierra y el cielo, lo que si encontramos es saber que somos parte de la naturaleza: los hombres, los animales, las plantas, las nubes son piezas orgánicas de un conjunto maravilloso, la patria es el universo.

En 1897 el filósofo Ernest Match no creía en los átomos, cuestionaba su existencia, decía demuéstrenme ¿Cuánto miden? Y fue precisamente Albert Einstein quien 23 siglos después encuentra la respuesta en la reflexión del poema de Lucrecio. El polvo o polen suspendido en el aire visto a través de la luz que se filtra por un agujero denota movimiento, ese movimiento es la vibración por eso se alejan y acercan, son muchísimas que se golpean entre sí con diferente frecuencia y fuerza, si la vibración fuera infinita no se notaría pero como es finita tiene variantes que bajo una fórmula matemática Einstein saca un promedio, es así como se calcula la dimensión de los átomos de los que está hecha la materia 2300 años después de la teoría de Demócrito, y los poemas de Lucrecio, se comprueba que la materia es granular.

Se trató de hacer una explicación de la forma más sencilla de una teoría compleja, si se omite algo relevante ofrezco mis disculpas, pero siento importante difundir la ciencia en estos tiempos de individualismo e incredulidad, el conocimiento siempre será un bien para todos.

Xalapa2000@hotmail.com

Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).

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