Pienso, Luego Escribo

PIENSO, LUEGO ESCRIBO

UTOPÍA Y REALIDAD

Por Akiles Boy *

Con el paso del tiempo y paulatinamente, se han retirado etiquetas y estigmas del pasado remoto y reciente. “El sexo débil” para referirse a la mujer y “El sexo fuerte”, remitido al hombre o varón, quedaron atrás o en el olvido ante las nuevas circunstancias y realidades. Sin embargo, el panorama de la transformación es variado en el mundo. Algunas regiones han evolucionado de una manera rápida y profunda, como en algunos países de occidente. En otras regiones, digamos de África o Asia, la dinámica social muestra otro ritmo, y ha estado condicionada por la fortaleza de las raíces culturales  de los pueblos. En una revisión del mundo, nos damos cuenta que en  muchas comunidades, el status de la mujer no ha cambiado y continúa anclado por argumentos y motivos sustentados, de manera predominante, en la religión y la cultura.

Pueblos en los que la igualdad de hombres y mujeres y la equidad de género son una quimera, una utopía, a pesar de la legislación y la lucha de grupos feministas, activistas y defensores de los derechos de la mujer. Indiscutiblemente, es una asignatura pendiente que tiene la comunidad internacional,  y no será sencillo ni pronta la transición a un mundo, que ofrezca igualdad de derechos y oportunidades para todos los ciudadanos, sin importar el género. Los contrastes que se observan en ese sentido, ahora son tan evidentes como cuestionables y hasta condenables. Se ilustran y se narran en este momento del siglo XXI, historias de mujeres en condiciones de sometimiento, de violencia, de explotación y también de esclavitud.

Este tema ha escalado y está en las agendas de gobierno y de las organizaciones internacionales y nacionales que pugnan por mejorar la situación de las mujeres, en donde existen antiguas condiciones de opresión y exclusión. Por esa razón, es común ver y escuchar discursos y comentarios acerca de tópicos como la Igualdad y Equidad de Género,  la Violencia de Género, el Feminismo, los Feminicidios y otros vinculados. Es probable que el detonante principal haya sido, la violencia ejercida contra las mujeres en esta época de confinamiento por la Pandemia, así como el aumento registrado en el índice de feminicidios.

La violencia contra la mujer es histórica y tiene una fuerte carga cultural y una discutible o cuestionable superioridad física del hombre. Pero también tiene que ver con los roles tradicionales en la sociedad, que ya sabemos, evolucionaron  y las funciones de ambos en la familia y en los ambientes laboral y social, se han modificado. Por otra parte, en este tema, la clasificación de la violencia se ha visto ampliada. Los teóricos de la materia, plantean esta variedad: la violencia física, la violencia moral, la violencia psicológica, la violencia económica, y más recientemente, se agregó la violencia política.

Como no tengo la menor intención de abundar ni abrumar a los lectores con definiciones o conceptos, solo me ocuparé de distinguir dos ideas básicas del tema. La Igualdad de Género y la Equidad de Género. La primera, de acuerdo con la ONU, se refiere a “la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los hombres, y las niñas y los niños”. Éste es por tanto un principio jurídico universal, consignado en  las Constituciones Políticas de buena parte de los Países del mundo. (Artículo 4 de la Constitución Mexicana). Mientras que la Equidad de Género, se relaciona con los conceptos de igualdad, justicia y dignidad. Significa dar a cada quien lo que le corresponde, omitiendo cualquier intento de discriminación por razón de su género. Se le considera uno de los principios básicos para formar sociedades justas y desarrolladas. Resulta obvio que México marcha en esa dirección, aunque el paso sea lento. Más allá de la temporalidad para lograr ese objetivo, lo que importa es trabajar en el presente para construir un mejor futuro. Un mayor esfuerzo social y oficial en la formación de las nuevas generaciones, significan mejor atención y educación, el cumplimiento de la Ley, la creación de oportunidades de desarrollo para todos. Además de la tolerancia, la empatía y la solidaridad, en la pluralidad y diversidad que ahora presenta nuestro País. Hasta la próxima.    

Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.

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