Alianza y la desconfianza ciudadana
Salvador Muñoz
A dos años de que Morena asumió el poder en el ámbito federal y estatal (en algunos casos, lleva tres años en el escenario municipal) creo que cada veracruzano tiene un panorama o una idea de lo que está bien hecho o mal hecho. Yo tengo mi propia percepción de esta tríada. La oposición igual.
Para ellos, para la oposición, el papel como autoridades del presidente López Obrador, como del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, y en el caso de Xalapa, Poza Rica, Mina, Coatzacoalcos, por citar los más grandes y fuertes municipios, puede ser catalogado como catastrófico y se ha exhibido con datos, cifras, números fríos y hasta con esas incómodas comparaciones, no sólo con gobiernos anteriores, sino hasta con sus propias palabras o promesas rotas o incumplidas, como por ejemplo, siendo lo más reciente, el caso de Dinamarca y sus servicios de Salud, de parte de AMLO; el “abatir” la delincuencia en dos años, de parte de Cuitláhuac García; o la pelea estéril de Hipólito Rodríguez Herrero, contra los empresarios xalapeños.
De Poza Rica, Coatza o Mina, que hablen sus ciudadanos.
Conste… esto es el lado de la oposición… los partidistas de la Cuarta Transformación deben tener una visión totalmente contraria y respetable…
Así como es respetable la postura de unos como la de los otros, realmente la más importante, con miras a estas elecciones intermedias, es la del ciudadano, sin siglas ni colores.
El ciudadano tiene un receptor de la situación económica (la mayor parte de las veces) por la que atraviesa: el Gobierno. Si la delincuencia lo hace objetivo de sus planes a él, a un familiar, amigo o vecino… si no hay medicinas, si no hay cirujano, si no hay citas, el Covid, la pandemia… si hay un bache, si no pasa la basura, si se va el agua, el gobierno es el malo de la película. Pocos casos, extraordinarios, en donde una sociedad, en donde los ciudadanos, los gobernados, hacen un reconocimiento a sus autoridades, aunque la forma más sencilla de hacerlo es en cada proceso electoral, ya sea refrendando su voto en las siglas o porque hay la garantía de que el buen gobierno tendrá continuidad con la nueva propuesta.
¿Por qué enfocarnos en Morena? Por una sencilla razón: son quienes gobiernan, al menos en el ámbito federal y estatal; de pilón nos toca el municipal así como la mayoría legislativa, tanto en el altiplano como en la aldea. Ya a los que les gobierne PAN, PRI, PRD u otras siglas, han de tener igual su propia opinión que se puede concatenar con la de Morena o no.
Ahora bien, le pregunto al lector, despojado de sus colores, de sus ideologías, de sus siglas: ¿votaría por el partido de esa autoridad que hoy está en el poder, asumiendo ésta como Morena? Teniendo a la vuelta de la esquina el 2021, visualice entonces a su alcalde (si es de ese partido), a su diputado local y al federal.
Si la oposición tiene razón, es decir, que el Gobierno en el poder (en el ámbito federal como estatal… y hasta municipal) es un fiasco, ¿debe confiar en que el ciudadano votará en contra de Morena?
En lo que se observa, sólo veo a Movimiento Ciudadano confiando en el veracruzano (si sólo nos ubicamos en la entidad) y está seguro que por todas las lindezas que le endilgan al Gobierno de AMLO, Cuitláhuac y municipios gobernados por Morena, no votará en este 2021 por el partido de López Obrador… conste, que eso tampoco implica que lo haga por el partido de Dante… ahora, en el resto de los partidos, tengo una duda: o no confían en el criterio ciudadano, o no confían en sus números electorales; quizás por eso apuesten a una alianza. Aunque dicho sea de paso, en el caso del partido en el poder, no escapa tampoco a la duda que conlleva a una alianza con el PT y el Verde Ecologista aunque con una ligera variante: quizás no sea desconfianza al ciudadano o a sus números, sino sea una forma de aceptar de cierto modo, que la oposición tiene razón en sus señalamientos y no confían ni en el papel desempeñado ahora que son gobierno.