Confetti

DESPERTAR DE UN SENTIMIENTO

Maricarmen Delfín Delgado

Corazón, palabra de heterogéneos significados, órgano proveedor de vida, sus latidos como suave eco inundan de sangre nuestro interior. En el terreno emocional es simiente del amor, origen de las dichas y los sufrimientos, mensajero del alma sin voz.

Como férreo custodio del corazón, el doctor Bricio Rincón Aguilar demuestra una vez más su dedicación al ícono de vida y amor, no solamente con el estetoscopio, ahora también con su emotiva pluma brindándonos este compendio donde comparte, con sencillez y armonía, lo que se anida en su íntimo pensamiento.

En estas páginas percibiremos sus latidos en cada párrafo, emociones en verso, poemas que invitan a la reflexión, un electrocardiograma de la pasión.

Despertar de un sentimiento, poemario póstumo compuesto por 46 trabajos en verso de musical rima, la mayor parte exaltando al amor, entremezclados encontramos hastío, nostalgia, alegría, celos, dulzura; el doctor nos convida sus emociones más íntimas, amores que brotan a través de su diestra pluma para quedar en la tinta como testimonios del hombre humano y sensible que se caracterizaba; en el primer poema pone de manifiesto lo que significaron en su vida sus mascotas, compañeras inseparables de la pareja.

La admiración por la belleza de la naturaleza, por los encantos femeninos, por el cielo, las aves y las flores palpitan en cada página, con un mensaje de felicidad nos comparte los motivos que lo hacen el hombre afable y positivo que todos conocemos, Dios le provee esta dicha. Sus cavilaciones lo llevan hasta la relación que tiene nuestra vida con los sueños, hasta la incógnita de lo que llamamos tiempo y se pregunta dónde están alojados los sentimientos. Los amigos no podían faltar como parte de este compendio, quienes le dedican sus poemas para demostrarle cariño y admiración. Los encuentros ocasionales con gente peculiar como doña Chela Peña y Adriana De la Fuente también están presentes con elocuentes comentarios.

El profundo amor a los suyos fluye entre las páginas, a María Elena, compañera de larga vida, dedica unos renglones preocupado por su inquietud, en sus versos refuerza el amor a su adorada esposa, al igual que a su inseparable hermana Rocío  y a su pequeña sobrina Samantha. Con bellas rimas nos platica cómo don Bricio Rincón Hernández se enamoró de doña Julia impactado por su belleza, así formaron una numerosa familia de hombres y mujeres inteligentes y de bien.

Finalmente, su mente reflexiva de gran inteligencio, hace una introspección en las profundidades del ser, para encontrar la respuesta a lo que somos, con la fuerza mágica, extraña y creadora de la mente, regalo del Universo. Como buen rotario, de espíritu noble y limpio, nos recuerda que en la vida lo fundamental son los valores, pilar para formar buenos individuos, solidarios, poniendo por delante el corazón sin reservas.

Percibimos en esta obra el lado sensible y humano propio de su profesión, pero también al hombre que ama profundamente, que añora los tiempos idos, que llora, sufre y de igual manera goza y agradece a la vida, a Dios, lo que tiene, quien pide le ofrendemos una rosa roja en febrero.

Estamos seguros de que este tercer trabajo literario del Dr. Bricio Rincón Aguilar quedará en nuestra memoria como todo lo que nos regaló en vida, para recordarlo por siempre como el profesionista eminente, el hombre noble y altruista, el amigo fraterno y el brillante escritor con alma de poeta que logró despertar nuestros sentimientos.

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