El Chocolate del PES
Salvador Muñoz
A los ocho años de edad, iba a cortar café. Su madre entonces, en un comal, echaba la tortilla y recién salida, era acompañada de frijoles y unas boronitas de queso… Le pregunto si es Contador. Me responde que es José Alberto Pérez Fuentes, El Chocolate, que ésa es la esencia de las personas, no sus títulos… habla de Seguridad Pública, habla de Seguridad Social, habla de futbol, lo mismo cita a Albert Einstein que a Facundo Cabral y defiende con vehemencia los campeonatos del Cruz Azul… traza números, cálculos; me recomienda una película, me presume que a sus 60 años todavía se echa sus cascaritas y por si fuera poco, no se tiñe el cabello ni el bigote… ¡los tiene bien negros! su vida no fue fácil, por eso recordaba que a los ocho años cuando cortaba café, su mamá le preparaba una tortilla hecha a mano acompañada de frijoles y unas boronitas de queso… y mucho de eso no ha cambiado… aún se cena esas tortillitas con frijolitos, ¡pero hoy les echa un chingo de queso!
II
Es en la nueva Estancia, ubicada en el bulevar Cristóbal Colón 69, de Jardines de las Animas, que me encuentro al presidente del Comité Municipal del partido Encuentro Solidario en Xalapa, José Alberto Pérez Fuentes, más conocido por su mote, El Chocolate, figura emblemática del barrio de El Dique.
Su 1.87 los justifica como delantero jugando futbol en el Xalapa FC de la tercera división, pero ya no siguió… jugaba o comía.
Desde muy pequeño se dio cuenta que era bueno para los trancazos, pero no porque quisiera, sino porque el barrio lo demandaba: se trataba de sobrevivir. Sin embargo, a los 13 años, descubrió algo más, si bien era bueno con los puños, también lo era con el cerebro y empezó a usarlo por encima de las pugnas.
Le digo que hace muchos años, allá por 1990, alguien me puso una santa madriza precisamente enfrente de La Estancia de los Tecajetes de Avila Camacho. Me pidió la descripción y le dije el sobrenombre de mi agresor: He-Man (no el panista), y me responde: “¡Entonces no fui yo!” para expresar un dicho de un amigo suyo cuando lo estaban golpeando: “¡Hijo de tu chingada madre! ¡Me vas a madrear, pero la boca me la vas a escuchar!”
III
Apuesta a la unidad, a que la sociedad se una para hacer realidad los cambios, y pone de ejemplo su barrio El Dique, cuando allá por 1975-1976, exigieron la pavimentación de la zona al entonces gobernador Rafael Hernández Ochoa y así se hizo…
Tiene 30 años apoyando al deporte, a la ciencia y el arte a través del Club Juvenil Veracruzano y por eso lamenta que siendo la capital de la entidad, haya pocos espacios para jugar futbol… “antes, al menos teníamos los campos Juárez”, hoy, por partido, tienen que pagar más de 600 pesos.
La idea del Club es alejar a los chavos de las malas decisiones… de las 448 colonias que hay en Xalapa, en 180 se concentra un problema de drogas… sabe de lo que habla… “fui policía” y estuvo trabajando al lado del Hombre Leyenda, don Fernando Gutiérrez Barrios.
IV
¿Por qué El Chocolate? El apodo se da en la secundaria, cuando al llegar a la primera clase, doña Teo le daba un chupirul de ese sabor porque si no, se dormía… la mala alimentación. Cuando el maestro lo vio con el dulce en el salón de clases, pidió que se saliera, pero los alumnos protestaron; entonces Emilio y Miguel Ángel Salgado Flores, sobrinos de Leonila Flores, esposa de Rubén Pabello Acosta le pusieron El Chocolate.
Cuenta cantidad de anécdotas, todas ricas en torno a la política. Le digo que las fotos no le favorecen porque reflejan su edad, pero en persona, se ve más joven. Me dice que uno de los problemas de la gente es que se preocupa por todo… por la dieta, por el tráfico, por el clima… “a mí nada me preocupa… ¡y eso es preocupante!”