– Demanda comparecencia de Piedra Ibarra ante la Permanente para que rinda cuentas sobre su cambio de comportamiento institucional
– Ejemplo de su defensa de agresores y no de agredidos es el del conflicto laboral en Notimex, a cuyos trabajadores prácticamente abandonó
Ciudad de México. La diputada Frida Alejandra Esparza Márquez demandó la comparecencia de la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), María del Rosario Piedra Ibarra, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para reclamarle su constante defensa de victimarios y no de víctimas.
La legisladora federal perredista ejemplificó esta desviación y confusión de tareas institucionales de la CNDH a cargo de Piedra Ibarra con el caso de Sanjuana Martínez Montemayor, directora de Notimex, a quien defiende a pesar de sus múltiples agresiones a trabajadores de la institución.
La parlamentaria zacatecana señaló que es tan evidente la tergiversación de funciones de la CNDH que desde la Secretaría de Gobernación Federal y organizaciones civiles nacionales e internacionales se le reclama por ello.
Al fundamentar su demanda de comparecencia mediante una propuesta de punto de acuerdo puesta a consideración de la Comisión Permanente, Esparza Márquez narró cómo la CNDH ha entrado en una paulatina degradación institucional desde que su presidencia fue asumida por Piedra Ibarra.
Señaló que la misma CNDH inició su intervención en el conflicto laboral de Notimex con un llamado a resolverlo mediante el debido proceso democrático, respeto a los derechos de todas las partes y apego a los principios de transparencia, derecho a la verdad y rendición de cuentas.
Pronto la CNDH abandonó su propio llamado y se puso indebidamente al lado de Sanjuana Martínez a pesar de que llegó a la dirección de Notimex hace dos años despidió ya a más de 240 trabajadores, pretendió su afiliación forzada a un “sindicato blanco” y desató una política de amenazas, acoso y terrorismo laboral.
Debido a ello, los trabajadores se declararon en huelga y, aunque la misma fue declarada legal por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, la directiva de Sanjuana Martínez intentó seguir las operaciones. Ante el fracaso de ello, inició agresiones contra periodistas y trabajadores de Notimex.
Aunque la CNDH abrió una investigación contra Sanjuana Martínez a raíz de una queja de la organización Artículo 19 en junio de 2020, en marzo de 2021 la concluyó indebidamente pues, entre otras cosas, no dictó medidas cautelares a favor de las víctimas.
Al contrario, las emitió a favor de Sanjuana Martínez al pedir al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas que la protegiera ante supuestas agresiones de organizaciones civiles, medios de comunicación e instituciones de educación superior que la habían denunciado.
Esto, a su vez -agregó la diputada Esparza Márquez- provocó la inconformidad hasta de organizaciones internacionales, como Human Rights Watch, las que acusaron a la CNDH de solidarizarse con quienes hostigan a periodistas independientes y no con las víctimas.
El propio Mecanismo, dependiente de la Secretaría de Gobernación, rechazó la pretensión de la CNDH porque las supuestas amenazas no eran motivadas, en todo caso, por la labor periodística de Martínez ni en el ejercicio de su libertad de expresión, sino el de su encargo como funcionaria pública.
“Sin importar los despidos injustificados, incumplir con las resoluciones de la JFCA, haber violado el derecho constitucional de huelga, utilizar recursos públicos para orquestar campañas de acoso a extrabajadores y periodistas, y tener claro que su labor como directora de la Agencia Notimex no tiene relación con el ejercicio de su actividad periodística, el 11 de mayo de 2021, nuevamente la CNDH emitió un posicionamiento a favor de la titular de Notimex y en contra de la resolución del Mecanismo de Protección”.
Para Esparza Márquez, es claro que la CNDH perdió independencia, credibilidad y poder de investigación, lo que compromete seriamente su labor como promotora y protectora de los Derechos Humanos.
“Además, se ha vuelto una constante el abandono a las víctimas y la omisión de investigar violaciones a los derechos humanos, ya que su actuar responde más a personas con las que tiene algún vínculo de amistad o compromisos políticos, evidenciando prácticas de influyentismo y amiguismo que describen una administración corrupta”, concluyó.