Volvemos al rojo
Brenda Caballero
¡En rojo! Así fue clasificado el semáforo epidemiológico en Xalapa y el puerto de Veracruz. Apenas la semana pasada, pequeños negocios y taxistas manifestaban que la situación económica para ellos se “estaba componiendo”, sin embargo, el alza de casos de Covid 19 frenó nuevamente su buena racha. Por el rojo vuelve la suspensión de las actividades recreativas, coincidentemente con el periodo vacacional de las escuelas.
Centros de entretenimiento, de esparcimiento, conciertos, ferias, foros, museos, balnearios, entre otros serán suspendidos del 5 al 18 de julio por considerarse estar en riesgo máximo de contagios por Covid. ¿Qué pasará con esas familias que viven de esos ingresos en vacaciones? Recordemos que es el segundo año que se quedarían sin recursos económicos, además de que no están siendo apoyados con recursos de algún programa por los gobiernos actuales, sea federal, estatal o municipal.
También cerrarán las peluquerías, las estéticas, las barberías, templos, tiendas departamentales, gimnasios, albercas deportivas ¿y las que ofrecieron cursos de verano como la misma Fundación de la Universidad Veracruzana, retrasarán sus cursos?
La misma Canaco Veracruz advirtió que ante esta medida podrían perderse 30 mil empleos sumados a los 60 mil ya perdidos e insistió en que la medida no se politice, ya que lo único que genera es pánico y caos entre la población.
Si bien la salud es lo más importante en estos momentos, no debemos dejar pasar que una gran parte de la población se dedica al comercio y al no tener ingresos, están condenados al cierre de negocios y pérdida de empleos.
Por ejemplo, es de aplaudir que las autoridades sanitarias estén pendientes de los aforos en bares, cantinas y centros nocturnos y de no cumplirse, lleven a cabo la clausura correspondiente, pero hay otros lugares en donde ni se meten como los tianguis y mercados sobre ruedas porque salen correteados.
Allí es donde deberían verificar la sana distancia o el cumplimiento del cubrebocas sobre nariz y boca, pues muchos locatarios despachan como si nada pasara. Olvídese de desinfectar las zonas comunes o el dinero que pasa por sus manos.
No cabe duda que las medidas más fuertes son aplicadas para el comercio formal que ha invertido en un termómetro, en gel, un tapete sanitizante y hasta en desinfecciones periódicas de su negocio.
Cada vez es más común encontrarse a personas que para no usar cubrebocas usan el argumento de que ya fueron vacunadas y son inmunes, o los mismos jóvenes que no lo usan, porque a ellos no les dará; así lo dicen.
Este lunes arranca la vacunación con los treintañeros, aunque a los cuarentones aún les falta la segunda dosis. Esperemos que los casos de contagio disminuyan pronto, por la salud de todos, y la económica, por supuesto.
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