EL MUNDO DENTRO DE UNA PANTALLA
Maricarmen Delfín Delgado
En el cotidiano circulan cientos de frases y proverbios que citan a la memoria como parte fundamental del acervo personal y colectivo, vivencias, recuerdos, anécdotas propias y ajenas, son parte de la historia, de nuestra historia. Xalapa, nuestro terruño, es un venero que nutre la fuente de las añoranzas, las calles, los parques, los restaurantes, los antiguos almacenes, los lugares de tertulias, los cines, son puntos de partida que disparar los recuerdos, revivir los momentos que nos marcaron hasta hoy.
En los años 60 del siglo pasado, eran pocos y muy concurridos los lugares de esparcimiento, pero la ciudad era pequeña y eran suficientes para la población, los cines ocupaban un lugar privilegiado en la vida de los xalapeños, visitados especialmente los fines de semana por familias completas, parejas de enamorados y adolescentes ansiosos de nuevas experiencias y diversión, fueron puntos de reunión y convivencia durante muchos años.
El cine Radio en la calle de Gutiérrez Zamora, el cine Variedades en la calle Ignacio Zaragoza, el Xalapa en la avenida Manuel Ávila Camacho, y el cine teatro Lerdo ubicado en la esquina formado por las calles Ignacio Manuel Altamirano y Francisco Javier Clavijero, son íconos en el recuerdo de los xalapeños añejos.
En septiembre de 1978 se inauguró el Gran Hotel Xalapa donde se instalaron las salas de cine “Carmela Rey” y “Claudio Estrada”, también en la calle Altamirano, a la par surgió el Cinema Los Lagos, años más tarde el Cinema Pepe y la Sala Tajín. Durante algunos años el auditorio de la Escuela Normal Veracruzana exhibía películas los fines de semana al igual que el auditorio de la Facultad de Humanidades y el cine San Bruno en el interior de la antigua fábrica textil del mismo nombre.
Recordemos que el teatro JJ Herrera (José Joaquín Herrera, presidente de México) años atrás funcionó como sala de cine. Al ponerse de moda las plazas comerciales con ellas llegaron grandes consorcios de la industria cinematográfica, así Plaza Ánimas, Plaza Cristal y Plaza Museo fueron las pioneras en este moderno concepto.
En la segunda mitad del siglo pasado pocas personas tenían un televisor en su casa, la mayoría de la población se distraía con las transmisiones de radio y en el cine; en esa época se inauguró el Cine Radio, con la proyección de dos películas diferentes en durante una semana, con la novedosa promoción de entrada gratis para las damas el miércoles, las funciones eran vespertinas, los domingos desde temprana hora se podía disfrutar de la matiné con películas infantiles y familiares, tiempo después fue cambiando el formato con películas para adultos. Contaba con palcos, luneta y gradas.
El Cine Xalapa era el más grande y moderno de su época, con un enorme espacio que funcionaba también como teatro, con hermosas butacas rojas (así lo recuerdo) y piso alfombrado, contaba con una elegante y bien surtida dulcería, baños cómodos y limpios, era todo un concepto de modernidad por lo que el costo de sus entradas era mas elevado que en los otros cines. Aquí se presentaron famosos artistas de los años 70, entre tantos tuve el privilegio de ver actuar a Betsy Pecanins.
Como no recordar el Cine Variedades, inaugurado en 1961, se distinguía por su diseño a desnivel gracias a la pendiente del terreno, contaba con dos salas, en el primer nivel la sala de lujo para películas extranjeras, el segundo nivel más popular para proyección de cine mexicano.
El cine teatro Lerdo (Altamirano y Clavijero) tenía una hermosa fachada estilo afrancesado con un pequeño pórtico donde se localizaba la taquilla y dulcería, su interior cómodo y elegante, me parece que también contaba con un billar en la entrada. Viene a mi memoria que a mis cuatro años pude presencia “el estreno” en Xalapa de la película “Peter Pan” de Walt Disney.
Cabe mencionar que las golosinas y dulces de aquella época causaban menos daño que los sintéticos de hoy, las populares palomitas saladas y con caramelo, los muéganos, las lunetas y barras de chocolate, sándwiches de forma triangular de jamón con queso amarillo y lechuga, refrescos envasados, también helados de diferentes sabores, todo esto en las dulcerías, ya dentro de la sala llegaba a la sala un señor con una caja de madera en forma de charola con pequeñas bolsas de papel de estraza conteniendo papas, habas, garbanzos, cacahuates fritos. Antes iniciar la película nos mantenían al tanto de acontecer nacional e internacional con el noticiero cinematográfico en la voz de don Fernando Marcos, con una duración aproximada de 15 minutos.
Hoy contamos con diversos espacios para la proyección de cintas, recintos culturales como el Ágora de la Ciudad y algunos auditorios de sindicatos e instituciones educativas.
Tristemente aquellos espacios donde disfrutamos felices momentos de la infancia y juventud ya no existen, fueron convertidos en estacionamientos o almacenes, derrumbados para la construcción de enormes edificios o simplemente en el abandono. Lo importante es que siguen en pie en la memoria, grabados como una película sentimental en nuestro recuerdo.