LOS JÓVENES. SU TIEMPO
Por Akiles Boy*
Cuando no se ve movimiento, un empujón no está mal, o el equivalente, cuando no hay iniciativa, no queda más remedio que provocar una acción. Eso ocurre con los jóvenes de hoy y de siempre. Unos van más rápido que otros. Al final, no todos llegan a cumplir sus expectativas, porque se quedan en alguna parada del camino. Esa, es una visión simplista, para otros el tema es más complejo. En estos tiempos, la variedad de opiniones se matiza o permea, en muchos casos, por la experiencia como formadores o educadores, entonces, cada uno habla, de acuerdo como le va en la feria.
Un tema relacionado con los jóvenes, es el de los “Ninis” denominación que adquiere notoriedad en México, a partir de 2010, cuando un ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, se refiere a este grupo de la población, señalando que significaba una “vergüenza” para el País, el hecho de que hubiera 7.5 millones de jóvenes en esa condición, es decir, ni estudiaban ni trabajaban. Dicha afirmación, causó tal preocupación y debate, que la Secretaria de Educación Pública SEP, presentó otra información con base en los resultados estadísticos del INEGI de ese mismo año, en la que habiendo considerado solo a la población de 15 a 29 años de edad, y excluyendo a las mujeres ocupadas en el servicio doméstico, a los que buscan un empleo, y a los que tienen alguna discapacidad, la cantidad se reducía a 285 mil “Ninis”.
Más allá de la cifras, reales o manipuladas, está la problemática irrefutable y visible que enfrentan el Gobierno y la Sociedad Mexicana. Su perfil es heterogéneo, no obstante, la generalidad de esos jóvenes, se ubica en hogares con menor ingreso económico y presentan bajo nivel de escolaridad. Otro dato, es que en términos relativos, la cantidad de “Ninis” es más alta en la zona rural, pero en números absolutos, concentra más el medio urbano.
Por último, el comportamiento de este grupo no es estable o estático, su situación puede cambiar en tiempos relativamente cortos o imprevistos. Después de estar un período fuera de la escuela o el trabajo, es posible que empiece a laborar o estudiar, o hacer ambas actividades. En una primera conclusión, con ese breve panorama, estaría justificada la preocupación social y gubernamental por la situación de ese sector, cuyo pronóstico revela, que corre el riesgo de mantenerse en el círculo de la pobreza y ser una carga para las familias y el Estado.
Por ser un fenómeno que se manifiesta en varias partes del mundo, no ha pasado desapercibido para Organismos y Entidades Internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE y el Banco Mundial, los cuales diseñaron estrategias para enfrentar esa circunstancia y han propuesto a las naciones, convertirlas en políticas públicas. Dichas propuestas giran en dos vertientes: ampliar la permanencia de los jóvenes en la escuela o en programas de capacitación laboral; y favorecer su inserción en el mercado de trabajo.
En México, en los últimos años, se observa y reconoce el esfuerzo social y de los Gobiernos para atender la situación, sin embargo, el problema no está resuelto, aún con los cuestionados programas sociales de la actual Administración Federal, dirigidos a contenerlo y mitigarlo, factores como la pandemia están complicando su atención. Está claro, que no es solo un asunto de estrategias e inversión de recursos públicos, sino que también requiere de la participación social, esencialmente de la familia. Recordé a propósito del tema, una canción del británico Rod Stewart, se titula Young Turks (Jóvenes Turcos). Fue lanzada en 1981, una estrofa dice: “Corazones jóvenes sean libres esta noche. El tiempo está de tu lado. No dejes que te bajen, no dejes que te empujen. No dejes que cambien tu punto de vista”, y narra la historia de dos jóvenes enamorados, que desafiantes deciden emprender juntos una aventura. Hasta la próxima.
Agosto 24 de 2021
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.