FLORES EN EL OCASO, POEMARIO DE ELBA PRIOR DOMÍNGUEZ
Maricarmen Delfín Delgado
La magia del crepúsculo vespertino invita a la reflexión, momento de paz, de descanso, de cambio en el planeta, termina un día para horas después empezar otro, un nuevo amanecer para iniciar una vez más; metafóricamente, el ocaso en la existencia es el momento del reposo, del recuento maduro y filosófico, del repaso de los instantes que nos permitieron estar ahora y aquí, de la alegría y la satisfacción.
En cierto momento, el ocaso nos baña de melancolía, vemos los nubarrones en el horizonte, el viejo roble desentume sus ramas como ofreciendo sus brazos abiertos, el aire nos cobija con un abrazo, el cielo con su celestre rostro intenta descongelar el tiempo, el viento recoge el silbido del tren que evoca un nuevo amanecer, agradecemos al Señor hasta el fin del tiempo por los momentos de pasión y vida.
Como las flores, con belleza, elegancia y perfume, es la personalidad de nuestra festejada, reconocida autora y excelente poeta, con sus finos pétalos convertidos en dedos plasma su esencia y belleza en cada verso y en cada hoja perfumando los sentidos al escuchar su obra.
Mujer de múltiples actividades y profesiones, de notoria belleza y especial inteligencia, desde sus primeros años demostró quién era y lo que quería en su transitar por la vida, entre vicisitudes logra ir cumpliendo sus metas, consolidar su futuro y llegar hasta donde hoy la vida la ha posicionado exitosamente. Elba Prior, reconocida poeta y escritora, madre y abuela pilar de su familia, pero, sobre todo, nuestra muy querida amiga, quien abre su casa y su corazón a los que la admiramos y queremos.
Hoy nos regocijamos por un triunfo más, por un nuevo peldaño en la alta escala de su creación literaria, el nacimiento del poemario surgido del romance y del idealismo, Flores en el ocaso, cuidada selección de evocaciones amorosas, emotivas reflexiones, escenas familiares, melancólicos recuerdos, amores añejos reviven en la tinta, el agradecimiento al Dios Universal está presente.
Porque el azul la inspira como la caricia del cielo y el abrazo del mar, engarza y teje sus poéticas letras cual celestes perlas sobre el tul de los sentimientos, este azul que también conmovió a Rubén Darío, es el color con que la autora tiñe sus pensamientos convertidos en prosa, en verso, para que disfrutemos una gama de sensaciones plasmadas en cada creación.
Los poetas, eternos enamorados del amor, son los que dan voz a este maravilloso sentimiento, Elba lo hace doblemente, por ser poeta y ser mujer, en su sangre navegan todos los amores: de hija, de abuela, de madre, de esposa y amante, en la tibieza de un atardecer lo vierte, recuerda como el humo, a ese amor frugal.
Con ternura su pluma cobija a los niños del mundo, con un reflexivo abrazo desea protegerlos como el tesoro más valioso del planeta, alejarlos de la maldad, de las calles, del hambre, de la miseria, para que vivan en un oasis de amor. Con esos mismos brazos recibe a esa figura etérea, vaho de luna, por un instante efímero y fugaz.
De alma sensible, sufre por los males ajenos, en ocasiones la invade la congoja, la injusticia, las masacres, la muerte de miles entristece su ser, sus letras se convierten en grito que clama paz y libertad, desea armonía, concordia y hermandad, un mundo nuevo donde vivir en paz, un nuevo amanecer para la humanidad. Pide a Dios descongelar el tiempo para que la ventisca se lleve la maldad.
Mujer de firmes convicciones, no ceja en lo que desea, sabe que los años en el polvo se han quedado, se empeña en subir montañas, aunque el viento helado golpee con fiereza, dejando alma y uñas en el reto, las aves la animan y vuelve a intentarlo para llegar a la cúspide anhelada; es un reto que parece obsesión.
Como auténtica veracruzana ama su terruño, le canta a esta región límpida y grandiosa, exalta la belleza de su mar, nos convida el aroma de los limoneros, de la vainilla y el café, plasma con su tinta la policromía del paisaje, el verde esmeralda de su tierra fecunda, sus cristalinos ríos, valles y extensas riveras toman vida en la esta apología, lugar de gente talentosa, alegre y buena que entrega el corazón en cada abrazo. Así le rinde tributo a su Veracruz.
Este leve recorrido de la obra que encierra el significativo poemario, reflejo de profundas y muy personales reflexiones de nuestra querida autora, nos recuerda el trabajo de Alfonsina Storni, con visos melancólicos, agrestes y grises, donde el amor y la pasión no son territorios únicos del varón, rompiendo prejuicios y falsos dogmas. Al igual que García Lorca, Lope de Vega y Pablo Neruda, Elba desmenuza sentimientos ocultos, no limita sus sensaciones, con elegante lenguaje viaja de la tristeza a la alegría, de la pasión al sutil erotismo, del valiente reclamo al reconocimiento de la bondad.
Elba Prior, es la flor que adorna el ocaso, con la elegancia de la gardenia, la sensualidad de la orquídea, la pasión de la rosa, la timidez de la flor de cerezo, la heráldica del lirio y la perfección del tulipán; su presencia es el perfume que deleita los sentidos y la hace inconfundible como el aroma de los jazmines y los nardos, evocando la belleza del dorado ocaso.
Enhorabuena excelsa poeta.