MOTIVO DE FELICIDAD
Maricarmen Delfín Delgado
La influencia positiva de las mascotas en la salud y bienestar de los seres humanos es bien sabida, y comprende los aspectos sicológico, fisiológico, terapéutico y sicosocial, la compañía de mascotas se ha reconocido como un factor protector, son un soporte sicológico, reducen la sensación de soledad y permiten la interacción de sus propietarios con el medio social que los rodea. Tener un perro para el cuidado de la casa, la vigilancia de un negocio, o como compañía para un niño o un adulto, se ha convertido en una necesidad para muchos.
El lobo es el antepasado del perro doméstico, su evolución como tal se ha llevado unos 14 mil años, algunas razas de perros apenas se distinguen del lobo a simple vista, en cuanto al carácter y comportamiento social, pocas son las diferencias. Se pueden entender muchos comportamientos perrunos simplemente comparando la interacción de los lobos en la manada, todos los cánidos viven y trabajan en sociedad. Al separarlo de la madre y hermanos de camada, e introducirlo a un ambiente diferente, donde sus únicos compañeros van a ser personas, el perro traslada su comportamiento social a su nueva “manada”. Esta capacidad de adaptarse fácilmente a convivir con humanos ha permitido su domesticación.
A través de la historia, el perro ha desempeñado diferentes funciones en diversos contextos: como guardián, pastor, como animal de tracción, fuente de calor, camillero de guerra, rescatista; ha participado en el deporte y en el espectáculo. En la actualidad, esencialmente, como compañía.
Desafortunadamente siglos atrás los perros se vieron involucrados en tareas donde exponían su vida, en las corridas de toros los utilizaban para excitar a éste y aumentar su bravura, en los campos de guerra para transportar armas y explosivos hasta ocuparlos como bombas vivientes, Alejandro Magno utilizó la raza dogos del Tíbet para proveer de armas a sus soldados. en Europa y Asia fueron fundamentales como auxiliares en la cacería lo que propició la creación de nuevas razas aptas para cada tipo de presa.
El can se ha hecho presente en la mitología de diversas culturas: Anubis es el nombre griego del guardián de la tumba, representado por la figura de un cánido con cuerpo de hombre. Un cadejo es un can legendario de la región mesoamericana extendida entre las zonas rurales e incluso urbanas de Centroamérica. En la región de Irán un wargo es una criatura fantástica semejante a un lobo, pero de mayor tamaño, fiereza e inteligencia. En la mitología griega, Laelaps, (viento de tormenta’) es un legendario perro muy hábil al cazar. Fue un regalo que Zeus hizo a la princesa Europa.
Los perros están también en la pintura, la escultura, la literatura, la filatelia y acuñada su imagen en monedas.
En Egipto eran respetados y estaba prohibido matarlos, condenándose a la pena de muerte por este delito y el maltrato animal se penaba con castigos corporales.
Los arqueólogos han encontrado perros momificados junto a la tumba de su dueño, éstos no eran sacrificados al fallecer el amo, cuando morían naturalmente eran momificados y depositados cerca del sepulcro, se les lloraba y se les guardaba luto.
Los canes han sido compañeros fieles de reyes, emperadores, de la aristocracia en la antigüedad, en la actualidad siguen siendo la mascota más socorrida en las familias de todos los estratos socioeconómicos, en la ciudad y en el medio rural; es común ver como fiel acompañante a niños y adultos, en situación de calle, los canes no hacen distinción al amar a alguna persona.
Un perro es mucho más que una mascota, es un compañero, es un confidente, él sabe cómo estamos con sólo mirarnos, percibe situaciones de malestar en los niños incluso antes que los padres, saben establecer lazos muy importantes con sus dueños y además infranqueables, son animales fieles que siempre estarán a nuestro lado y nos querrán, pase lo que pase. Los perros son altruistas, tienen un alma limpia y pura, procuran siempre nuestra felicidad.