Los chavos, según las corcholatas
Salvador Muñoz
¿Qué quieren los jóvenes de ahora? A ciencia cierta, no lo sé… pero sí me recuerda algo: acababan de pasar las elecciones de 1988 y quienes cursábamos el Propedéutico en Ciudad Mendoza, escuchábamos a la maestra de Sociología (cuyo nombre escapa a mi memoria) despotricar contra el Gobierno, contra las elecciones, contra la caída del Sistema de Bartlett… había compañeros que ya habíamos ejercido el voto… otros no… había compañeros que estaban involucrados de un modo u otro en la política; que les gustaba participar en elecciones de planillas estudiantiles; había los otros que sólo estaban interesados en los estudios; otros, en el futbol o basquetbol; algunas en el novio y otros en las novias… la maestra nos pedía reunirnos al año siguiente, en el 89, como una forma de protesta por esas elecciones fraudulentas, cita a la que no acudí y desconozco si alguien lo hizo…
La verdad, ya estaba harto de la política… Irma Mora Solís además de madre, era una pinche guerrera, una grilla, quizás al grado de alborotadora… al menos así la veía cuando sentada, era primera fila en las huelgas en la Papelera Veracruzana o voz en las reuniones sindicales de la CTM al lado de don Pablo Mendizábal Olvera… ¡puf! ¡Cómo me impresionaba ese líder sindical, de aspecto elegante, bien educado, que siempre tenía una palabra amable para mi personita que no llegaba ni a los 8 años, pero ya me chutaba las reuniones de los cetemistas…
Agregue que Irma, mi señora Madre, vivió una década interesante en el movimiento de las mujeres en México: los 70! Ahí estuvo presente en la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, en la Ciudad de México allá por el 75…
Llegar a la secundaria me libró de cierto modo del yugo materno y de sus rollos políticos… de política no quería saber nada… yo quería cantar, jugar fut, irme de pinta, estar con mis gatos, treparme en árboles y bardas, andar en bicicleta hasta acabar con dolor de culo, pero de política ¡nada!
Todo esto viene a cuento por las nuevas generaciones y la política, o más bien, los políticos que ven en la juventud, sin lugar a dudas, abono para sus intereses… insisto, la neta no tengo ni la menor idea de qué es lo que quieren los jóvenes, pero supongo que Marcelo Ebrard sí… recientemente, aprovechando una visita a Corea, resultó que está en el Fandom de este grupo, en el ARMY… ¡hasta ahí! No me pidan más explicaciones pero entiendo que es un fanático del grupo y que su canción favorita es Dynamite (la que apenas escuché por mera curiosidad… me quedo con Gangnam Style!)
Entiendo que Marcelo pretende despertar las simpatías entre los jóvenes y verse como el Tío Cool, buena onda…
No es el único caso… pasamos del K-Pop al Rap! Y ahí tenemos a Ricardo Monreal haciendo de la rima, habla rítmica y la jerga apoteósica el canal para acercarse a los chavos… sí, Monreal pasaría a ser el ruco buena onda, el Ñor flota, que entiende a la raza y por eso, el barrio lo respaldará…
Aunque quizás el caso más deprimente que puede haber es el de Claudia Sheinbaum… de Jefa de Gobierno ¡a Estandopera! Quizás tendría más éxito si imitara a Alex Lora…
¿De verdad piensan así estas corcholatas atraer a los jóvenes a las urnas?
Insisto, no sé cuáles sean los intereses de los jóvenes… quizás la esperanza de poder estudiar en alguna universidad o tecnológico… la certeza de que al egresar, tener un buen empleo… divertirse con la seguridad de poder regresar a casa… no lo sé… pero limitarlos a grupos de pop, raperos o chistes, es hacer un juicio tan simple como decirse admirador de BTS, rapear o hacerla de Franco Escamilla región 4T.