CREEL Y AMLO
Omar Zúñiga
De Primera Mano
Hoy más que nunca
es hora de dialogar,
para hacer realidad
nuestra Constitución
“En algún momento de tu vida profesional como periodista debes escoger estar de algún lado de la historia y ese debe ser el correcto, del lado de la democracia”, estas palabras las escuché de la boca de uno de los periodistas más combativos y reconocidos que conozco, y que ha tenido que ejercer fuera del país, Jorge Ramos, que ahora mismo está chambeando en el vecino país del norte y el único latino que pudo entrevistar al dictador venezolano Nicolás Maduro.
Pero bueno, fuera de la frase y de lo anecdótico, debo reconocer que no conozco personalmete al diputado presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados Santiago Creel y que no hay filias ni fobias.
Dicho esto, en el evento de ayer para conmemorar el 106 Aniversario de la Promulgación de nuestra Carta Magna y aunque no sé mucho de protocolos, sí lo suficiente para deducir que fue una mentada de madre que los titulares de los poderes de la Unión: Legislativo y Judicial, llámense como se llamen, sean quienes sean, somos como país una Federación y como tal deben estar los tres representantes juntos Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así lo mandata precisamente la Constitución de 1917, esa misma que ayer fue “honrada” en su cumpleaños.
Pero no, tanto Santiago Creel como la magistrada Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Norma Lucía Piña Hernández, fueron relegados a la izquierda del padre (que él sí, estuvo en medio del presidium, como corresponde a su investidura por supuesto), casi en una mesa adyacente, después incluso del secretario de Gobernación y del general secretario de la Defensa Nacional, no es su culpa, por supuesto, sino de quien manda.
El tema es que el discurso de Creel en el Teatro de la República de Querétaro este 5 de Febrero no tiene desperdicio, desde que empezó con una cronología de los presidentes que se pasaron por el arco del triunfo Constitución de 1857 con sus intentos reeleccionistas, empezando por Juárez que se reeligió un par de veces, y cuando lo dijo volteó a ver al presidente López Obrador -identificado él mismo plenamente con el Benémerito de las Américas- que para entonces ya mostraba su incomodidad, apoltronado como mamarracho en la silla de honor.
Siguió con Díaz, -el vistazo nuevamente al silla de en medio- que hizo de la reelcción una forma de gobernar.
Hasta llegar a decir que actualmente, “no hay más moral política que la Constitución. Esa es la moral de todos quienes somos servidores públicos. Con esto en mente, desterremos de una vez por todas nuestras diferencias y confrontaciones, particularmente las que hubiese habido en el pasado. Ahora, son tiempos de coincidir, son tiempos de reconciliación, después vendrán tiempos para competir en la arena política y electoral”.
“La falta de diálogo también se extiende a los asuntos fundamentales para el bienestar de la nación. Existe desacuerdo sobre el combate a la violencia, la seguridad pública, la cuestión social, la económica, la impunidad y la corrupción. A pesar y muy a pesar de que estos asuntos están acordados en la Constitución, algunos de ellos, inclusive, desde 1917; sin embargo, el desacuerdo prevalece, no en los fines que persiguen nuestras normas constitucionales, sino en los medios para darles cumplimiento. Ahí es donde está el gran reto que tenemos como mexicanas y mexicanos”.
“Es un gran equívoco pensar que los problemas del país pueden resolverse con ordenamientos constitucionales que no se cumplen, o peor, con cambios a la Constitución o a las leyes, como si por el mero hecho de reformar una norma, la realidad automáticamente cambia”.
“Cada administración busca dar solución a los problemas que enfrenta mediante la realización de su propio proyecto de gobierno. Ese es el sentido de la alternancia. Para eso sirven las elecciones. Pero ese proyecto, invariablemente, debe estar contenido dentro de nuestra Constitución”.
“(…)El principio democrático es que la mayoría decide, de eso no hay duda y no hay debate. La cuestión es cómo decide: si incluye o no a quienes piensan distinto. Al excluirlos se deja fuera a parte del pueblo, se mancilla la soberanía”.
“El gran reto es encontrar a través del diálogo político, la unidad dentro de esta vasta pluralidad y diversidad que es México. No a través de una visión única, eso contradice la esencia de nuestra democracia”.
“José María Lafragua, un gran liberal del siglo XIX, ya advertía este problema, cuando afirmó: “Si la Constitución ha de ser una verdad, es preciso que no contenga promesas, sino preceptos; no una esperanza en el porvenir, sino una realidad para el presente; no principios puramente teóricos, sino disposiciones que puedan realizarse. De lo contrario, haremos un hermoso libro de derecho político, pero no la carta fundamental de la República.”
Por más esfuerzos que hizo quien lo sucedió en el uso de la palabra, el morenista presidente del Senado Alejandro Armenta, lo único que pudo hacer es tratar de exaltar los cambios (gazapos) que ha hecho la 4T a nuestra Carta Magna.
El daño estaba hecho, las palabras de Creel se estrellaron en el rostro y en la entrepierna del presidente López Obrador, que para ese entonces ya estaba francamente encabronado.
Hasta ayer, no recuerdo a alguien que le hubiera dicho sus verdades al presidente de frente y sin mandaderos. Así las cosas, el presidente de la Cámara de Diputados se cobró caro los insultos de sus colegas un par de días antes.
La minatitleca Xóchitl Arbesú Lago, ex secretaria de Turismo y muy cercana al gobernador Cuitláhuac García, se sumó al equipo de trabajo de su paisano, Sergio Gutiérrez Luna coordinador estatal del Movimiento “Que Siga López”.
Arbesú Lago –quien también estuvo vinculada a la zacatecana secretaria de Energía Rocío Nahle- sostuvo la reunión con Cheko, en la que además estuvieron su esposa, la diputada presidenta del Congreso de Sonora Diana Karina Barreras Samaniego y la diputada local por Minatitlán, Jessica Ramírez Cisneros.
Mientras la cordialidad priva en estas reuniones, la tensión y manipulación lo hace en la que sostuvieron Rocío Nahle y el gobernador Cuitláhuac García en la casa de la secre, en que además del póster del natal estado Zacatecas de Nahle que en unas fotos aparece y en otras no, la triste realidad es que en esa casa que se supone es en Coatzacoalcos y la habita Rocío Nahle de manera regular, aparece en un desayuno una porción de papaya servida en un ¡plato de unisel!
Yo no sé usted, pero cuando tengo un invitado en casa y más si este es el gobernador, lo menos que pienso es en poner platos desechables, porque en mi casa, en la que vivo, se lava la loza que se ocupa todos los días, pero creo que las costumbres son otras en la casa de doña Nahle.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com