MUJER MEXICANA
Hablemos del panorama general de la mujer en nuestro país.
María del Carmen Delfín Delgado
México tiene una población estimada de: 136 millones de habitantes, de los cuales 51% son mujeres, estas mujeres mexicanas pertenecen a diversos grupos de atención prioritaria como indígenas, rurales, migrantes, discapacitadas, privadas de su libertad, afrodescendientes, lesbianas. La CNDH asegura que las mujeres mexicanas son víctimas de ciertos delitos en mayor proporción que los hombres; reporta que en estos meses de confinamiento por la pandemia Covid19, las llamadas para pedir auxilio por violencia intrafamiliar han aumentado en un 80%.
Pese a los esfuerzos del Gobierno mexicano, de las asociaciones no gubernamentales y la sociedad civil, aún se requieren medidas urgentes para prevenir, investigar y juzgar las muertes violentas y desapariciones en el país, las mujeres y niñas mexicanas siguen siendo blancos de la inseguridad, violencia, trata, trabajo forzado, explotación sexual, crimen organizado y tráfico de drogas, aunado a patrones persistentes de violencia de género expandida contra ellas, incluida la violencia física, psicológica, sexual y económica, así como el aumento de la violencia doméstica, las desapariciones forzadas, la tortura y el asesinato sexual.
Es por todos sabido que sus temores son bien infundados, la violencia contra la mujer es un hecho real en nuestro país y en toda América Latina, desde décadas atrás, el machismo mezclado con la pobreza y la ignorancia son el medio de cultivo de muchas injusticias que el género femenino ha soportado en otros tiempos con resignación, pero hoy en día es la bandera de luchas cotidianas.
Aún con esta problemática, la mujer mexicana se distingue por su fortaleza espiritual, es solidaria, trabajadora, cariñosa, sentimental, protectora y de alma noble, apoya a la amiga, a la hermana, a la vecina, en lo posible; cuando la situación lo amerita defiende a su familia sin importar el sacrificio propio. En el contexto actual ya no calla ante las injusticias contra el género, levanta la voz a pesar de las trágicas consecuencias.
Este 2019 se caracterizó por movimientos sociales encabezados por mujeres, grupos que protestan por todo lo que, bajo su criterio, es degradante y atenta contra la dignidad femenina, por discriminación de género, por maltrato físico y sicológico, por violaciones sexuales, por acoso físico y laboral, por los asesinatos calificados como feminicidios. Se sienten inseguras en las calles, son asaltadas con mucha violencia, secuestradas y la mayoría de las veces asesinadas, abusadas en los medios de transporte y en sus escuelas, muchas veces hasta en su propio hogar.
En el aspecto económico la participación laboral femenina ha aumentado en los últimos años, debido a la necesidad de cubrir gastos de alimentación, salud, educación y vivienda principalmente, las mujeres han incursionado en áreas que antes eran exclusivas de los hombres debido a circunstancias, ya sea por no contar con una pareja o por apoyo a ésta en los gastos familiares. La actividad laboral femenina, además de beneficiarla a ella y a su hogar, favorece la productividad en las empresas debido al alto grado de responsabilidad y organización que caracteriza al género femenino. Sin embargo, las oportunidades de un trabajo digno y bien remunerado dependen del grado de escolaridad y del contexto social aunados a la desigualdad de género en los mercados de trabajo; las mujeres provenientes del campo o de etnias indígenas son las más expuestas a la explotación y discriminación, desde niñas hasta mayores de 60 años migran a la ciudad en busca de un ingreso para mejorar su precaria situación familiar.