Jorge Arturo Rodríguez
Mala suerte…Deseo
“Que tu cabello sea el mantode nuestros huesos.”
Aperitivo: Con eso de que sí, de que no, de que quién sabe, de que yo no fui, fue Teté; la sociedad –la población-, finalmente puede esperar, es decir, el caso del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, y el fiscal general del Estado, Jorge Winckler-, me acordé de la canción:
“Ni guerra, ni paz
no quiero verte más,
me convencí
que no te haré feliz.
Ni guerra, ni paz
que poco tú me das
perdóname si yo me enamoré.”
Según me contaron, era un hombre con tan, pero con tan mala suerte que un día se sentó en un pajar y se clavó la aguja. Se los comparto por aquello de que este martes fue día 13, y dicen que no te cases ni te embarques. Las razones por lo que el día martes 13 se considera de mala suerte, son muchas. Ahí tienen el internet pa’ checarlo. El caso es que me encontré con un amigo (amante de las redes, watsap y esas cosillas), y me leyó lo siguiente:
“-Amor, ¿salimos hoy?
-No.
-¿Porque es martes trece?
-No, porque aún no es quincena.”
De cualquier forma, da “mello” o pude ser de mala suerte. Como el hecho de que cuando era niño me daba “mello” la oscuridad”, y ahora me da miedo el recibo de luz (también contado por mi amigo amante de las redes…). Encuentro en nexos.com.mx, un artículo titulado: “Ni estornudos ni perros negros”. Se los comparto:
“Los antiguos romanos eran muy supersticiosos y se defendían así de las brujas como Hécate:
• Si al salir de casa tropezaban, era mejor regresar a casa y encerrarse, lo mismo valía si cantaba una gallina en lugar del gallo. Y al salir de casa nunca pisaban la calle con el pie izquierdo.
• No tenían miedo de los gatos negros, pero de los perros negros, sí.
• No se podía estornudar durante la comida, y si el número de las personas sentadas en la mesa era impar, estaba prohibido callarse, así que parloteaban todo el rato.
• Antes de librar una batalla, observaban a las gallinas: si picoteaban trigo, buena señal, si no comían, mejor dejar la guerra para otro día. Eso sí, siempre conjuraban a Hécate para que los ayudara en las batallas.
• Tenían mucho miedo de las miradas de ciertas mujeres porque creían que eran capaces de echar mal de ojo y su única manera de protegerse de él era tener en casa una pata de conejo. (Fuente: Serena Quarello (ilustraciones de Fabiana Bocchi), Caza de brujas. Vida de las brujas de la historia de los cuentos y de hoy, Thule Ediciones, Barcelona, 2018.)”
Creamos o no, lo cierto es que en México tenemos una suerte de la chingada, o, de plano, no pensamos ni tantito. Con democracia o no, ¿seguiremos sufriendo o echándole la culpa a nuestra mala suerte? ¿O es quizás la maldita pata de mono, a la manera del cuento de W. W. Jacobs?
Los días y los temas
Andando el tiempo, recuerdo el artículo “Léase en el baño”, de Cynthia Ramírez:
“De acuerdo con el doctor Takano, médico especialista en cirugía colorectal de la Cleveland Clinic Florida, quien modeló para Rodin [“El pensador”] lo hizo en la posición más cómoda para defecar. [¿Sigue leyendo esto en el baño? ¡Ande! Intente hacer la pose de la escultura. Ahora reflexione sobre este comentario acerca de la pieza: “El Pensador comunica una idea con la que todos pueden identificarse (la necesidad de una contemplación silenciosa)”… y dígame si no es cierto que Dante posó desde un escusado].
“Ahora jale la palanca del escusado, haga lo que corresponde y desentiéndase del asunto. (¡No olvide lavarse las manos!).
“Eso que acaba de experimentar (la accesibilidad, comodidad, privacidad y saneamiento de un baño) es un lujo, porque de acuerdo con la OMS más de 4,500 millones de personas en todo el mundo no tiene acceso a un escusado decente y 892 millones de personas todavía practican la defecación al aire libre. 829 millones de personas es prácticamente todo el continente americano “evacuando” (ese eufemismo) al aire libre.” (letraslibres.com, 22/02/19).
¿Es difícil pensar? Pos no; pero así les conviene a nuestros gobernantes, autoridades y anexas.
De cinismo y anexas
En otra ocasión, un compañero me contó que hubo una vez un jugador tan malo, pero tan malo que cuando metió un gol, en la repetición lo falló.
Ahí se ven. Ilustración: “El pensador”, de Rodin.