Belleza sin conejitos
Maricarmen García Elías
En días recientes se ha promovido a nivel mundial una campaña para dejar de experimentar cosméticos y otros productos de belleza en animales, de forma tal que han sido cientos las voces que se han alzado en contra de esta cruel práctica. Si bien no es una campaña nueva pues organizaciones como Personas por el Trato Ético hacia los Animales (PETA) llevan más de tres décadas intentando prohibir esta práctica en todo el mundo, es muy importante que hoy con más fuerza que nunca se le haya dado visibilidad a este tema.
Personalidades influyentes han volteado los ojos hacia los animales que están encerrados en laboratorios y han solicitado a las principales marcas de belleza que dejen de experimentar productos en animales. En la red existen infinidad de videos, fotografías y testimonios del sufrimiento que pasan los animales día a día durante años en los laboratorios donde se fabrican cosméticos y en las granjas de pieles de donde se obtiene el material para elaborar la ropa de marca de diversos diseñadores de renombre, lo que ha orillado a varias súper modelos a negarse a desfilar para estas marcas.
La lista de PETA de marcas y compañías que no hacen pruebas en animales en todo el mundo ha sido una referencia para simpatizantes y otros consumidores que buscan hacer compras con compasión desde 1987. Mencionamos en este espacio en semanas anteriores algunas marcas que han ponderado el bienestar animal en sus producciones y los avances significativos de la Unión Europea en el tema de bienestar animal por ejemplo con los candados que empezará a poner en 2023 para consumir carne exportada de otros países siempre y cuando provenga de animales que no fueron violentados en el matadero en todo el proceso de crianza y muerte.
Si bien la Unión Europea, en el tema de la belleza sin sufrimiento animal, ha establecido legislaciones que prohíben las pruebas en animales para cosméticos e ingredientes cosméticos, existen vacíos legales en la ley. Los productos probados en animales en otros países como China pueden ser vendidos en la UE si los datos de las pruebas en animales de otros lugares no se usan para verificar la seguridad de los cosméticos en la UE. Además, algunos ingredientes químicos pueden ser probados en animales por razones llamadas de seguridad de trabajadores o ambientales.
Perros, gatos, zorros, zarigüeyas, chinchillas, patos, monos, entre otros animales, son empleados en las pruebas de cosméticos, perfumes y otros productos de belleza pero los más usados son los conejos, de ahí el nombre de la campaña de PETA Belleza sin conejitos. Antes de que este tema tuviera visibilidad, las empresas solían forzar sustancias en los estómagos de los animales y aplicarles productos y formulaciones a los sensibles ojos y piel viva de los conejos cada vez que hacían un nuevo cosmético, producto de cuidado personal o de limpieza del hogar también. Afortunadamente, este ya no es el caso, y muchos países han prohibido la mayoría de las pruebas en animales. Sin embargo, algunos países, como China, siguen requiriendo pruebas en animales para muchos productos y, cada año, varios cientos de miles de animales deben padecer estas pruebas.
Hoy día son más las empresas y científicos que han desarrollado pruebas sofisticadas de productos que son más rápidas, económicas y mucho más precisas que las pruebas que ciegan y envenenan a los animales que fueron desarrolladas en la década de 1920. Los cultivos de células humanas y estudios de tejidos (pruebas in vitro) así como de “piel” humana artificial y “ojos” que simulan las propiedades naturales del cuerpo, además de varios otros órganos virtuales, sirven como modelos precisos de partes del cuerpo humano.
Desde casa y en nuestro día a día también podemos frenar el sufrimiento de los animales de laboratorio, de los rastros o de las granjas de pieles comprando con compasión es decir, no usando productos de piel como ropa, bolsos, zapatos, muebles, accesorios, etc. No consumiendo carne y más bien optar por una dieta rica en vegetales como hacían nuestros ancestros y que llegaban a vivir hasta cien años, buscar en los cosméticos, perfumes y productos de limpieza que consumimos, las siguientes etiquetas con el dibujo de un conejito que indican que han sido elaborados sin ser testeados en animales: Animal Test-free, Vegan o Cruelty free . Comprar con compasión no es privarse de nada, además de alejarnos de tanto materialismo y consumismo y hacernos mejores personas, implica ser consciente de que nos estamos acabando este planeta como si fuéramos los dueños olvidando que lo compartimos con otros seres vivos que no están ahí para que los explotemos hasta el cansancio.