Dorheny y el Santuario
Salvador Muñoz
Comentaba ayer de cuentos de terror y realidades en nuestro entorno que superan a éstos… y me recordaron que también hay lugares que bien debieran darnos temor, miedo, horror o quizás vergüenza, como es el caso del Santuario de las Garzas, zona boscosa en la capital veracruzana que ha sido escenario de mínimo, siete feminicidios que lastimaron en su momento, a los xalapeños pero que en la mayoría de los casos, las autoridades municipales como estatales, sólo “taparon el pozo”.
El Santuario de las Garzas para muchas familias de las víctimas así como de sus amigos, pasó a convertirse en el Santuario de la Muerte.
Por ahí el alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, alguna vez tuvo la ocurrencia de sostener, basado en un comentario en redes sociales, que había un “asesino serial”. Sus devaneos policiacos acabaron con un citatorio de la Fiscalía General del Estado.
Lo cierto es que el Santuario de las Garzas se volvió desde principios de este siglo a la fecha, un símbolo de la impunidad, del dolor, de la tragedia… cinco, siete, nueve mujeres muertas… un ama de casa, una vendedora de donas, una esposa, estudiantes, amigas, conocidas, que hasta el momento, no tienen justicia.
Hace unos días, autoridades municipales como del Estado, entre ellos el alcalde Hipólito Rodríguez Herrero, así como el titular de Sedesol, Guillermo Fernández Sánchez, y el de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, estuvieron en esa área. De parte de los diputados, tanto locales como federales, sólo vi en las fotos, a Dorheny García Cayetano… a ciencia cierta, no sé si ella haya convocado porque en su muro de Facebook estaba la invitación a la “Faena #OcupemosElSantuario”.
De acuerdo a las entrevistas que le hicieron a la diputada federal, se trata de rescatar espacios públicos y convertirlos en áreas de esparcimiento para todos. No es para menos, es evidente el descuido tanto en alumbrado público como en las áreas verdes se tiene a esta zona. Algo de lo que declaró la joven legisladora fue el énfasis en la forma que hay que realizar estos trabajos para mejorar las condiciones del Santuario: ¡periódicamente!
Allá por el 2007, recuerdo a una candidata a la presidencia municipal que estuvo haciendo labores de limpieza (o campaña, o ambas) en esta área, pero hasta allí paró el asunto una vez concluido el proceso electoral.
Igual recuerdo al entonces secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez, que hizo acto de presencia en ese sitio que ya era considerado un enorme foco rojo por los crímenes cometidos y al poco tiempo, los vecinos reclamaron su falta de compromiso porque de lo prometido, no hubo nada.
¡Vamos más allá! En el 2013, gobierno del Estado anunciaba con bombo y platillo que el Santuario, al pasar al DIF Estatal, se convertiría en un parque ecológico que tendría no sólo juegos infantiles, sino canchas deportivas, aulas digitales, biblioteca y hasta un Centro de Salud… y es evidente que tampoco se hizo algo.
En 2015, no recuerdo si tras el caso de Magaly o el de otra mujer, se propuso al entonces gobernador Javier Duarte, una vialidad o circuito iluminado para peatones y vehículos en aras de disminuir los riesgos… el proyecto quedó en el bote de basura.
En Xalapa, hay un remanso en el Santuario de las Garzas… y esperemos que continúe. Si la diputada Dorheny García Cayetano asegura que tiene el apoyo del Gobierno del Estado, así como de diversas dependencias como Sedesol y Seguridad Pública, agreque que el alcalde Rodríguez Herrero se le prenda el foco ¡adelante! pero que no ceje en esta cruzada que inició el pasado sábado… puede parecer nada, pero si mantiene la idea de hacer estas labores de faena de manera periódica (como ella mismo lo cita) y además, realmente se rescate este espacio público en pro de los vecinos de las colonias Lomas del Seminario, Lomas de San Roque, Pocitos, Veracruz, Fovissste, y se logra hacer de este lugar un parque ecológico, quizás estemos viendo realmente acciones asibles, tangibles, contra la inseguridad, contra los feminicidios, contra la violencia a la mujer… aunque sigamos esperando justicia para esas cinco, siete, nueve, no sé cuántas mujeres sacrificadas en el Santuario de las Garzas.