Pienso, Luego Escribo

MANOS A LA OBRA. DEMOLIENDO LA CASA

Por Akiles Boy*

No es buen consejo hablar o escribir cuando estás enojado, cuando estás decepcionado o resentido, salen sin pensar palabras o ideas de las que más tarde la gente se arrepiente o tiene remordimientos, eso dice la voz del pueblo. Esta vez, como en otras, no atenderé esa letanía y expresaré mi opinión sobre el nuevo ejercicio que venimos practicando los mexicanos desde hace bastantes años, pero que hace más de dos décadas se convirtió en deporte nacional. Me refiero al golpeteo diario, a la burla, a la ofensa, al ataque, al insulto fácil, sin razonar, teniendo como blanco perfecto la figura presidencial y personas de su entorno.

Nada nuevo, dirán algunos, hay antecedentes remotos de los pasquines, carteles y folletos impresos que parodiaban a personajes de la vida pública, durante el final de la Época Porfiriana, los cuales circulaban en la clandestinidad. Luego en los sesentas aparece el genial Eduardo del Rio, RIUS, uno de los primeros caricaturistas que utilizaron la sátira política en sus libros y revistas, para exponer los vicios y defectos de un corroído Sistema Político Mexicano, de un Partido hegemónico enfermo y en plena degradación, y un Presidencialismo desgastado y decadente.

Será difícil, precisar el principio de la gran oleada de información ofensiva hacia el Primer Mandatario, pero sirve como una buena referencia el inefable Vicente Fox Quezada, de filiación panista, y de quien se dice, es un político extremadamente mediático, lo demostró en su campaña que lo llevó a la Presidencia. El Guanajuatense inauguró una de las peores temporadas de aguda crítica, ácidos comentarios y ataques en su contra, gracias a sus ocurrencias, a su discurso que resultaba patético, y su ignorancia evidente sobre temas culturales. Además, de sus desplantes junto a su pareja presidencial, que ambicionaba vivir como la rancia realeza europea.

La tónica continuó y arreció la embestida a los siguientes Presidentes, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. En esos tiempos, aparte de los medios opositores, neutrales y críticos, se agregaron los activistas y los “comunicadores” que emergieron con las redes sociales y que ahora se plantan con sus móviles a ejercer la libre expresión de la ideas, sin límite alguno. El propósito es claro, la mofa, el insulto, filtrar información cierta o falsa para difamar, desacreditar, generar la sospecha, la culpabilidad y en consecuencia, el repudio social.

En otro sentido, quedan solo reminiscencias o intentos débiles, por mantener el viejo culto a la personalidad. Así como, también tiende a  desaparecer la costumbre de la adulación, de la reverencia, del agradecimiento al Sr. Presidente, Gobernador, Alcalde o cualquier Servidor Público, por iniciar o concluir una obra o una acción para el servicio de la ciudadanía, cuando sabemos que es su trabajo y una obligación hacerlo, igual que la eficiente y transparente administración de los recursos. Un reconocimiento social por su buen desempeño, sería suficiente y el mejor incentivo por su méritos.

Desde una posición neutral, desde cualquier distancia, se observa al actual Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, siempre en el ojo del huracán. Es parte de la cotidianidad verlo ridiculizado en una caricatura en los medios o en las redes sociales, destacando manías, gestos, lenguaje, forma de hablar, las decisiones tomadas y las declaraciones que hace en sus conferencias o durante algún evento público en alguna ciudad o pueblo de la República. Los opositores trabajan sin descanso en la demolición de su imagen, popularidad y Proyecto de Nación, que mantiene desde el inicio de su Administración. Los enemigos se han multiplicado y las acciones para defenestrarlo también, se ven los francotiradores en los medios y en las plataformas del internet. Sin embargo, el bombardeo irracional deja graves daños colaterales, porque no solo logran exacerbar el ánimo para arruinar aún más la investidura Presidencial, sino que de paso, agudizan la crispación y polarización social. Un poco de sensatez lleva a pensar que se trata de un plan absurdo de destrucción, o mejor dicho de autodestrucción del País y de la sociedad mexicana. “A Dónde Vamos a Parar” como dijo el Buki, Marco Antonio Solís. Hasta la próxima.

Agosto 18 de 2021

*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.

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