El arte espiritual de escuchar atentamente
Pbro. Juan Beristain de los Santos
La individualidad irreductible de cada persona, sin excluir la vida social, es un lugar teológico en el que Dios nos sigue hablando y en el que uno puede aprender mucho. El evangelista san Juan presenta la estrecha y concreta interrelación que Cristo resucitado estableció con la comunidad de discípulos y con el apóstol Tomás (Jn 20,19-31). Esta interrelación muestra dos rasgos de la intervención de Cristo en
la vida personal y relacional de la comunidad de los discípulos: El deseo de Cristo en comunicarse con la comunidad para levantarla de sus angustias y el respeto por el ritmo vivencial de sus integrantes para encontrar su dignidad y fuerza ante los nuevos desafíos de la nueva tarea evangelizadora.
Hoy estamos viviendo en una sociedad que constantemente nos sofoca con un apetito voraz y desenfrenado de comunicarnos a cualquier costo; pero también se da una creciente forma comunicarse sin norma alguna que no permite distinguir si los contenidos nos ayudan a ser mejores personas y a tener una visión profunda del mundo con sus posibilidades de realización y con sus problemáticas. En esta situación, el encuentro con Cristo resucitado pone en evidencia la necesidad que tenemos de saber comunicar lo que edifique y construya a la sociedad civil y, con la sensibilidad social, aprender a respetar la autonomía de la sociedad para que genere su propia agenda, sin imponerle temáticas que no favorecen el arco de la vida en todas sus manifestaciones y que no promueven la responsabilidad personal para participar en la solución de las problemáticas que nos aquejan.
Cristo resucitado nos ofrece la gracia para ejercitarnos, como creyentes y como sociedad, en el difícil arte de escuchar y distinguir con atención cualquier tipo de comunicación demagógica que no conduce al bien común y que oculta intereses individualistas. La gracia de Cristo resucitado nos dará la sabiduría espiritual para ejercer el arte de escuchar como un ejercicio necesario de promoción para la
formación integral de la persona en su búsqueda de la verdad y del auténtico desarrollo de y para todos.