La encuesta de Cuic
Salvador Muñoz
Dos o tres personas involucradas de un modo u otro en el ejercicio del poder, sea en el Ejecutivo o Legislativo, han coincidido en decirme algo referente a Cuitláhuac García Jiménez: “es una buena persona”, “honesta”, “con buenas intenciones”. Es seguro que sí lo sea, porque cuando se busca el poder en el Gobierno, se pretende cambiar al “Mal Gobierno” y sólo se puede hacer eso cuando se es bueno, honesto y con buenas intenciones, así, como me describen estos amigos a Cuitláhuac.
Morena junto con el Presidente López traen un discurso simplista y hasta el momento efectivo: ellos son los buenos y todo el político o sistema pasados son los malos. Hasta cierto punto es razonable: hemos vivido gobiernos federales priístas y panistas y en un momento dado podemos decir si fueron buenos o malos… en el caso de Morena, creo que aún es muy temprano para definirlo cuando apenas inicia su administración y quizás podamos juzgar el año que lleva ejerciendo, así como el discurso o lo que usted quiera, pero creo que la comparación entre los gobiernos del PAN y PRI con el de Morena sólo se podrá realizar en las urnas en casi cinco años…
En encuesta de Mitofsky, Cuitláhuac aparece entre los primeros once mejor evaluados de los 32 gobernadores del país. Los once son Yucatán, Sinaloa, Chiapas, Ciudad de México, Nayarit, Tabasco, Baja California Sur, Guanajuato, Aguascalientes, Querétaro y Veracruz. Los primeros cuatro tienen una calificación sobresaliente y los siete restantes, Alta.
De acuerdo a entrevista que le hace el amigo Alejandro Aguirre a Roy Campos, la cabeza del Grupo Mitofsky hace referencia al 41% de aprobación que tiene Cuitláhuac en Veracruz, lo que nos da una idea “del nivel que tienen hoy los gobernantes”. Se refiere con esto, a que cuando Vicente Fox tuvo el nivel más bajo de aprobación fue de 42 por ciento, “¡lo peor que tuvo alguna vez en su vida!” cuando quitó el subsidio a la luz; así lo dijo él, no yo.
Ataja que antes se manejaban otros conceptos de aprobación tan así que se tenía gobernadores con el 90 por ciento, y quizás se refería a Fidel Herrera Beltrán, que en el 2007 alcanzó un 91%… aunque hoy en día, el promedio de aprobación de los gobernadores en México es de 34 por ciento.
Un caso sorprendente es el de Yucatán con Mauricio Vila (PAN), cuya calificación alcanza el 78.4 por ciento en la encuesta de Mitofsky, con sólo 11 meses en el Gobierno; quizás lo recuerden, fue uno de los estados que Cuitláhuac sugirió se le pusiera el mismo énfasis que a él, cuando los senadores del PAN pedían desaparición de poderes en Veracruz; otro caso interesante es Sinaloa, con dos años y ocho meses en el poder, Quirino Ordaz (PRI) tiene el 59.6% de aprobación; Chiapas (Morena), con Rutilio Escandón, a nueve meses de administración, alcanza el 55.5 por ciento ¡y Claudia Sheinbaum, 52.2 por ciento!
En esta encuesta se tocaron temas como Seguridad, donde el 43.5 por ciento de los encuestados en la entidad, considera que estamos peor; el 31%, igual; y sólo el 23.4 considera que se mejoró. Aquí Veracruz ocupa el lugar 16.
En la percepción económica (lugar 11), el 32.5 por ciento piensa que estamos peor; el 35.6% considera que estamos igual; y el 31.5 por ciento cree que estamos mejor.
En el concepto de Situación Personal, Veracruz ocupa el lugar 23, donde el 53.7 de los encuestados piensa que está mejor contra el 42.5% que cree que estamos peor.
Y en el rango de Nivel de Corrupción, Veracruz está en el quinto lugar, donde el 33.4 por ciento de los encuestados cree que es mayor; el 32.7 por ciento, que es igual; mientras el 29.1% (muy alta en comparación con el resto de entidades) piensa que es menor.
Quizás esa percepción en el tema de la corrupción es parte del discurso que viene manejando el presidente López tanto en su campaña como en lo que va de su administración: “No somos corruptos, no nos confundan”, lo que de un modo u otro, permea en las administraciones de Morena…
Pero como bien dice Roy Campos… los tiempos van cambiando y las variables en las encuestas también… quién dice que en dos o tres años, en lugar de preguntar sobre el nivel de corrupción se cuestione el nivel de ineptitud o incapacidad para gobernar cuando la sociedad se dé cuenta que no basta ser bueno, honesto y tener buenas intenciones.
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