Nora Guerrero
Don Valentín…
Mi amigo Valentín me invitó a conocer los jardines de su casa en Cardel y algunos de sus ranchos, donde ha creado sus vergeles. Me recibió en el rancho Casablanca donde felizmente he estado en anteriores ocasiones. Pero uno nunca se cansa de ver lo bonito y volví a hacer el recorrido a pie, como si fuera mi primera vez. Desde la entrada a Casa Blanca le flanquean por la derecha, por un kilómetro y medio, más de cien palmeras -que en todo el rancho suman más de doscientas cincuenta-. Ese lado remata con Framboyanes, Copa de oro y Nacaxtles y, por el lado izquierdo, una hilera de cañas de azúcar, yaguas, árboles de limón, cedros y frondosas bugambilias.
Esa mañana de miércoles, iba a encontrarme con Angelita, esposa de Valentín pero, por sus compromisos tuvimos que posponer para la tarde la visita a los jardines de su casa, en Ciudad Cardel. De modo que tuvimos buen tiempo para hacer el recorrido, mi amigo y yo, quien me platica casi de cada planta su procedencia, cualidades, comportamiento, usos, modos de reproducción y hasta anécdotas. Me maravillo con la variedad de especies y el cuidado que tienen de ellas y de los jardines, los caminos y los redondeles circundados artísticamente con plantas floridas y crotos en tonos que van del rojo al naranja y del verde al amarillo. Al centro Nacaxtles en lugar de palmeras, que son las que se acostumbran en los lugares cálidos y cercanos a la playa. Aquí se innova, se experimenta y se logran composiciones florísticas originales.
Dos glorietas embellecen el terreno, cuajadas de buganvilias y bordeadas por plantas de Coronas de Cristo con flores en tono naranja y rojo. En una de las rotondas hay una curiosa casita de árbol que da el toque mágico al particular edén. Caminando y apreciando llegamos al borde del río La Antigua pero, pasando el río, el rancho sigue…Ya me tocará conocerlo en próxima ocasión. Para terminar, visitamos la pequeña y hermosa capilla que Don Valentín construyó muy cerca de lo que es el área de la terraza-comedor, donde culminamos el recorrido. Allí, degustamos un rico desayuno, mientras Don Valentín me cuenta parte de su vida desde su llegada a tierras veracruzanas ha muchos años, 65 aproximadamente.
Casi a propósito me he reservado la presencia de Freddy, ingeniero agrónomo también y quien por más de siete años ha trabajado muy de cerca con Don Valentín, pues fueron compañeros de trabajo en la Secretaría de Agricultura del Gobierno del Estado y más tarde, incorporándose a su empresa como su Asistente Personal. Freddy es originario de Cardel, por lo que tiene un gran conocimiento de la región, su flora y su fauna, de los que me ha compartido.
Después de la aventura en Casa Blanca, nos dirigimos al rancho La Montaña en el municipio de Actopan donde el ingeniero Valentín gestionó la creación de la Unidad Forestal a la que puso por nombre “Profr. José Luis Melgarejo Vivanco”. Unidad que lleva 13 años plantando y cuidando el bosque. De estos hallazgos le platicaré en próxima entrega, así como del evento al que he sido invitada por mi amigo para el próximo día 16 de Octubre: el 40 Aniversario de la Fundación del Centro Universitario de Oriente, de la Universidad Autónoma de Chapingo, de la cual él fue gestor a finales de los años 70.
Y por fin se me cumplió el deseo de charlar con doña Angelita, esposa de Don Valentín. Conocí sus bellos y enriquecidos jardines; uno de los cuales ya fue heredado a uno de sus vástagos y vecino colindante. Generosa, fuerte y valerosa como es, ya muy probada por la vida, la distinguida dama me obsequió dos de sus más hermosas flores: su amena charla y su distinguida amistad.
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