Confetti

CAFÉ Y RECUERDOS

Maricarmen Delfín Delgado

Deja que tu esencia inunde mis sentidos, que el sabor de tu cuerpo me embriague mañana, tarde y noche, y para que mi ser no te extrañe, penetra hasta el más íntimo rincón de mi humanidad sin remordimiento alguno.  Si, el café me provoca todo esto y segura estoy, que a usted también. Casi todos empezamos el día con una humeante taza de este líquido marrón que es la segunda bebida natural consumida en todo el mundo, el primer lugar se lo lleva el té.

Los veracruzanos somos amantes de este grano, somos adictos y además conocedores de una buena taza de café lo que nos distingue de los pobladores de otros estados, cuando llegamos a algún lugar donde se vende esta deliciosa bebida enseguida observamos su cuerpo, el color y el aroma, y no se diga del sabor, al primer sorbo percibimos si está recién preparado o es “recalentado”.

Se ha dicho mucho acerca de sus propiedades así como las desventajas con su consumo excesivo, los estudiosos del tema aseguran que tiene propiedades vasoconstrictoras que ayudan a reducir dolores de cabeza, combatir la inflamación y la tensión muscular, es una rica fuente de antioxidantes que estimulan la eliminación de los radicales libres. Contiene vitamina B, calcio, hierro, fósforo y magnesio, puede mejorar la memoria a corto plazo, es un antidepresivo natural, tomándolo sin azúcar ayuda a bajar de peso, y a combatir el envejecimiento prematuro. Puede provocar úlcera estomacal, en algunas personas altera el ciclo normal del sueño.

En cada rincón del país existen lugares emblemáticos para consumir café y Xalapa  no es la excepción, en los años sesenta teníamos el famoso “Café Emir” dentro del Pasaje Tanos en el corazón de la ciudad, lugar elegante y discreto donde se degustaba de rica comida o simplemente disfrutar del tradicional café para acompañar la charla; en algunas ocasiones presentaban artistas famosos en lujosos shows al estilo de un centro nocturno. Otro famoso en este pasaje fue el café “Sorrento” en el primer local del lado de la calle Dr. Rafael Lucio, fuente de sodas y cafetería de aspecto moderno en su época, con un ambiente cálido y familiar.

El “Café Nuevo” o café de chinos de la familia Fong Wong asentado en la calle Juan de la Luz Enríquez, cerca de la oficina de Express de FFCC Nacionales de México y el expendio de billetes de la Lotería Nacional. Aquí las enchiladas, las tortas y demás platillos propios de este tipo de expendios, sin faltar el famoso bisquet acompañado del café lechero, conquistaron durante muchos años el paladar de los xalapeños.

Cómo olvidar el popular y añejo “Café Estadio” también propiedad de una familia de origen chino, con una carta austera pero emblemática, que se componía de tortas sándwiches y tostadas de pollo y su famosa pierna horneada, deliciosa horchata y sin faltar el café lechero con el pan elaborado aquí. Este lugar deleitó durante casi cien años a propios y extraños que llegaban a la Ciudad de las Flores, como al músico compositor Juan S. Garrido que inspirado por su belleza, escribió en una servilleta la letra de “Noche de luna en Xalapa” en octubre de 1937.

Continuando con el recuento mencionamos el icónico “Terraza Jardín” ubicado en los bajos del edificio “Nachita” frente al parque “Juárez”, lugar obligado en los desfiles de carnaval, desde sus enormes ventanales se dominaba el panorama sin preocupación. Años después cada fin de semana se organizaban tardeadas juveniles.“El Escorial” enclavado en el fondo del Pasaje Enríquez, con su característica entrada de cristal y ambiente bohemio, con servicio de café y bar.

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