HERMIDA Y SAN ROMÁN
Salvador Muñoz
Hay que ser francos. Para cualquier bancada contraria a la del PAN, ver pasar a Tribuna a Miguel Hermida Copado genera “urticaria política”… el porteño es jodón, molesta, es incómodo, fastidia… hace del argumento su mejor arma contra la aplastante mayoría de sus “contrincantes” políticos. ¡Qué suerte tiene el PRI de que hoy sean aliados!
Sea desde la Presidencia de la Mesa Directiva, desde las curules de Morena, o a veces, desde la cabecera de alguna Comisión durante las comparecencias, a veces no disimulan que el legislador azul “les caga”…
Y “les caga” porque los argumentos que esgrime el panista difícilmente tienen manera de ser rebatidos del mismo modo: con argumentos…
Para muchos, desde adentro o desde afuera, por estas condiciones que reúne Miguel Hermida, pudiera parecer hasta normal esa animadversión de los morenos, salvo por un ligero detalle que al parecer en este regreso a las sesiones legislativas, le pasó de humo al diputado Roberto San Román: ¡son Mayoría!
Lo que alcanzó a ver el que escribe, fue a dos diputados (San Román y Hermida) en “diálogo”, normal en esta como en otras legislaturas donde un diputado va de un lado a otro para intercambiar, dialogar, cotorrear, o lo que sea, con algún otro compañero.
El “diálogo” cambió cuando se vio desde la Mesa Directiva un dejo de preocupación por parte de la Presidenta y Vicepresidenta de tal…
Miguel Hermida alzaba la mano insistentemente mientras que Verónica Pulido desde la cabecera legislativa, instaba con ambas manos a su compañero de bancada a que esperara… ¿o se calmara?
Lo que siguió después fue la petición de la Mesa Directiva para que Roberto San Román ofreciera una disculpa a su compañero Miguel Hermida, misma que fue a medias, porque el moreno justificó su actuación pues consideró que el porteño les faltó el respeto cuando dijo que Paul Martínez Marie era el que subía siempre a tribuna a responderle porque era el único que articulaba…
Al final no ofreció disculpas… “pidió” disculpas…
Luego de esto, uno pensaría que ya todo estaría en paz, pero el espíritu jarocho se apoderó de Miguel Hermida quien expuso en tribuna que San Román lo amenazó con romperle la madre… El moreno subió igual y acusó de mentiroso al panista… El debate entre ambos hizo que despertara el poco público, amodorrado por el frío del salón legislativo y que se olvidara el asunto que generó el encuentro: la creación de una nueva secretaría: la de Cultura.
Al final, Miguel Hermida Copado puso una muesca más en su cacha… ha sacado de quicio a Cheba, a Adriana, a Mago, Luis Fernando y ahora a Roberto.
Es seguro que el desaguisado pase al anecdotario legislativo y más seguro es que hoy, este día, a Roberto San Román le haya caído el 20 de que su posición no es para entrar en un choque estéril… porque al final, Miguel Hermida seguirá pasando a tribuna en su papel de jodón, incómodo, fastidioso, pero con argumentos… y Morena simplemente ejerciendo su aplastante mayoría… cada quien en su papel que la circunstancia les ha dado bajo una simple tesis: libre ejercicio a la libertad de expresión, apertura al diálogo y al debate, pero sobre todo, respeto…