Pienso, Luego Escribo

Por Akiles Boy *

La costumbre de vivir en la paradoja. Un pueblo con profundas raíces, de infinitos antecedentes históricos que están registrados en archivos oficiales y otros muchos preservados en el imaginario colectivo, frecuentemente es víctima de una amnesia, que tiende a agravarse y convertirse en crónica. Un pueblo que olvida fácil y rápido los daños y agravios, es un fuerte candidato a recaer, a repetir los mismos errores, a tropezar con la misma piedra. Una cosa es no ser rencoroso, y otra es ser masoquista, fatalista o de plano valemadres.

Creo que los mexicanos seguimos en ese proceso de conocernos y reconocernos. Hay inspiradoras historias de mexicanos triunfadores y exitosos, en la vida real, no en los realitys show. Éstos últimos, la “nueva” apuesta de las televisoras, como su mejor recurso para retener las audiencias, ante la fuga masiva de televidentes, desencantados por la despreciable pobreza de sus contenidos. Historias verdaderas de mujeres y hombres de este país, que han destacado en el mundo de la ciencia, la literatura, el arte, el deporte, la gastronomía y otros temas. Casos paradigmáticos podemos encontrar en el México de ayer y en el contemporáneo.

Qué sentido tiene continuar atascados en la vieja costumbre de rasgarnos las vestiduras por cuestiones ideológicas y culturales que pudieran salvarse, pudiendo enfocar toda nuestra energía y talento en buscar coincidencias y definir objetivos y acciones comunes. Alguna vez, en el discurso de un famoso líder obrero que fuera encarcelado por un Presidente que empezó a gobernar a fines de los ochenta, escuche una frase cierta, “Es más fácil destruir que construir”.  El cacique benefactor de la región huasteca, había dirigido una cruzada social que le valió la querencia de esos pueblos, pero haber desafiado al entonces candidato oficial a la Presidencia, sería su sentencia de muerte.

Nos costará tiempo, perseverancia y esfuerzo lograr la madurez de nuestra sociedad, pero a partir de esa meta, habremos construido muros contra el rumor que divide y destruye, también nos habremos despojado de arrogantes y egoístas que se visten de héroes para beneficiarse ellos y sus camarillas. Habremos de recuperar y encumbrar los valores de la unidad,  la solidaridad, la ética y la honestidad, enterrando para siempre a la corrupción, la impunidad y otras prácticas nocivas. Eso puede dejar de ser un sueño y convertirse en una realidad.     

Cierro esta narración con una referencia, Luis Mario Cayetano Spota Saavedra Ruotti Castañares (1925-1985), mejor conocido como Luis Spota, escritor y periodista mexicano autodidacta, autor de una treintena de libros, publicó en 1968 “Lo de Antes”, en este relato se revela la desigual lucha entre un hombre señalado por sus obscuros antecedentes y un sistema o red de corrupción y delincuencia que lo tiene acorralado y le exige sumisión y obediencia. El autor, un crítico social de su época, a través de su protagonista “El Tarzán”, al final, envía un mensaje, que queda como traje a la medida del mexicano fatalista, “es más sencillo desistir y caer en lo mismo, que resistir y cambiar” Hasta la próxima     

Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.

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