Por: Alberto Calderón P.
En estos días se terminan los cursos, en la mayoría de los niveles educativos de nuestro país, los hogares, las familias, los padres se alegran de ver a sus hijos subir un escalón más en sus conocimientos al terminar un ciclo escolar.
Se percibe un ambiente de satisfacción por el deber cumplido, son los últimos días de clases, entrega de boletas, ver como se evaluó el rendimiento de los hijos, los padres orgullosos al ver el aprovechamiento o discretamente felices si las calificaciones no fueron las óptimas. Pero lo importante para los alumnos son las vacaciones, a partir del fin de semana todos los estudiantes tendrán un periodo en donde no se verán en la necesidad de cumplir con un horario, con el compromiso de estudiar, de ponerse el uniforme y asistir a la escuela. Muchos de ellos podrán levantarse un poco más tarde, los que no son de la ciudad en donde estudian regresarán a sus casas para reencontrarse con sus familias amistades y platicar de las experiencias vividas durante su ciclo escolar. Para los que reprobaron alguna materia no tendrán la tranquilidad total ya que se verán forzados a estudiar para cumplir con todas las asignaturas aprobadas para poder avanzar a un nuevo ciclo.
Cada nivel educativo presenta sus ventajas y dificultades, muchos de los padres de los alumnos de primaria trabajan y no podrán estar al cuidado de tiempo completo con sus hijos, los niños estarán en las casas de familiares o conocidos cercanos creando con ello cierta mortificación de sus padres, otros, los más afortunados irán a cursos de verano a pasar un rato de diversión y conocimientos, en ese periodo los que harán su agosto serán los que ofrecen esos talleres y cursos, cada año se incorporan nuevas ofertas para los periodos de largo asueto con costos elevados en su mayoría, los padres tendrán que valorar cuales son las mejores opciones para sus hijos. La mayoría de los niños también se quedarán en casa con su familia jugando, viendo la televisión o en otras actividades, ese periodo de relativa calma es cuando más se debe estar pendiente y al cuidado, los inquietos niños son propensos a sufrir accidentes en el hogar, se deben tener cuidado con la estufa, el gas, el fuego en general, pero también con el agua, con las alturas, las escaleras, los barandales, los objetos que puedan lastimar y un sinfín de cosas.
Deberán estar atentos, si sus hijos salen de casa, ver con quienes lo hacen, las compañías no siempre son las mejores, estar pendientes de sus horas de salida y regreso. El vigilar su comportamiento se hará necesario, si pasan mucho tiempo en el Internet haciendo amistades con desconocidos, siempre estar pendientes para que no lo induzcan a hacer algo inconveniente, algo malo y protegerlos, una orientación siempre será necesaria y preventiva. Una mirada y para saber si no hacen ruido es porque se encuentran concentrados en alguna actividad, pero muchas veces es sinónimo de una travesura. Procurar que exista una sana relación con los adultos, que no se preste a cosas que los pueda poner en riesgo de un abuso.
Esas y muchas cosas más son las tareas a las que se verán comprometidos los padres y familiares en este periodo vacacional.
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