Jorge Arturo Rodríguez
La llamada “Cartilla Moral” –¿quién se acuerda o ha leído al autor?-, se empezarán a distribuir, dicen, en los siete mil templos afiliados a la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice); esa cartilla impresa por el gobierno federal dizque para promover “una transformación espiritual” de la sociedad mexicana. Ta güeno, pos nos hace falta (aparte de la “panza llena corazón contento”), tantito de “mutación espiritual”, porque no sabemos ni dónde carajos tenemos las narices, y aquí vamos parejitos todos. Prefería que se promoviera la lectura, digo la “buena” lectura, esa que nos ayuda a pensar y, claro, mejorar, sin rozarnos con “la moralina”. No desmerito el contenido de la Cartilla, pero ahí está también Ética para Amador y Política para Amador, de Fernando Savater, por mencionar sólo a ese güey que admiro por su obra y porque no se anda por las ramas, mucho menos por los linderos de la estupidez, sin agraviar a nadie y menos a Alfonso Reyes, de quien guardo muchos recuerdos de su admirable y helénica escritura.
Prefiero a Alfonso Reyes en su “Del bestiario mexicano”; les comparto dos relatitos:
“En el norte de México acostumbran poner a los gallos en lo alto de un templete, para que no se los coman los coyotes. Desde su mirador, el gallo va y viene, y mira de reojo al coyote que se va acercando con un airecillo bondadoso:
—Buenos días, hermano gallo.
—Buenos días, hermano coyote.
—¿Qué haces ahí trepado?
—Ya lo ves, tomando el sol.
—¿Por qué no bajas un rato a “platicar” conmigo?
—No me atrevo, ¡no vaya a pasarme “alguna cosa”!
—¿Qué puede sucederte? Si desconfías de mí, acuérdate de que ya el león, el rey de la selva, acaba de dictar una ley ordenando que ningún animal le haga daño a otro. ¡Anda, baja, no tengas miedo!
—No me atrevo…
—¡Pero si la nueva ley te ampara!
—No creas, hermano: hay cabrones que ni la ley respetan.”
***
“—¿Adónde con tanta prisa, hermano chango? ¿Por qué corres así?
—Voy a esconderme, hermano tejón.
—¿Por qué?
—El rey de la selva acaba de ordenar que maten a todos los elefantes.
—Sí, ¡pero tú eres mono y no elefante!
—Cierto, pero, mientras lo averiguan, me chingan.
(Y siguió corriendo.)”.
Ta mejor, ¿no? ¿O tienen que leernos la cartilla? Digo, yo solamente digo.
Los días y los temas
Como no es mi intención inundarlos de preocupaciones, pos de eso ya tenemos bastante, sólo les paso, sin costo alguno, algunas barbaridades –¿en serio?- que ciertas personalidades van vomitando.
*Debido a que es «imposible» contar con vigilancia policiaca en todos los rincones del municipio de Torreón, el alcalde, Jorge Zermeño, llamó a los delincuentes a no robar en las escuelas.” (cambiodigital.com.mx, 19/06/19).
Lo que me recordó lo siguiente: “El ser delincuente ya no está bien visto”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador e hizo un llamado a los mexicanos a portarse bien, porque “las mamás son las que más sufren”.
“Que se porten bien, porque hacen sufrir mucho a sus mamás, a sus familiares. Ahí andan las mamacitas sufriendo, porque sus hijos están detenidos o porque no le san hecho justicia, porque uno de los hijos o dos perdieron la vida. Sufren mucho las mamás”. (eluniversal.com.mx, 02/07/19).
Lo que me recordó lo siguiente: “El presidente municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, exhortó a los niveles de seguridad, estatales y federales a que brinden buen trato a los ciudadanos xalapeños y solicitó que se respeten los derechos humanos de todos, y señaló: “Claro que nos preocupa que se respeten los derechos humanos y se les dé un buen trato a nuestros jóvenes estudiantes. En general, el exhorto es que cualquier tipo de guardia, que debe estar preocupado y comprometido con la ciudad, no maltrate a ningún ciudadano ni ciudadana». (alcalorpolitico.com, 09/07/19).
* “Inapropiado. Verdaderamente convencido, el diputado del PRI Mario Zamora propuso en tribuna que no se prohíba poder tomarse “dos o tres cervecitas” en horario laboral. Subió al pleno para lanzar su primordial idea. “Yo por eso le pido, con toda humildad y sinceridad, algo que sé que comparten mis compañeros de Morena, y sobre todo mi compañero Félix Salgado: que en este voto haya honestidad valiente, pido que se retire la fracción tercera del artículo 21 y que en hora de trabajo pueda uno tomarse dos o tres cervecitas”, explicó. Justo el día que implementan el Código de Conducta para los legisladores federales, se le ocurre salir con esta genialidad. Por supuesto, lo rechazaron. ¡Salud!” (excelsior.com.mx, 03/07/19).
*María de Lourdes Paz Reyes, Diputada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el Congreso de la Ciudad de México, propuso modificaciones a la Ley de Establecimientos Mercantiles del Distrito Federal para que se prohíba la venta de cerveza refrigerada o en condiciones diferentes a la temperatura ambiente, con el objetivo de desalentar su ingesta en ese momento. (sinembargo.mx, 24/04/19).
¡Qué chingonas intenciones! Mejor pongámonos a leer, carajos, aunque sea la Cartilla del bien vestir, conducir, comportarse y vivir como buenos mexicanitos jodidos. Digo, mientras nos acomodamos la panza, Sancho.
De cinismo y anexas
El 3 de julio pasado fue el 136º aniversario del genial escritor Franz Kafka. Les comparto un breve texto “La verdad sobre Sancho Panza”, digo, nomás una probadita, porque es de suponerse que, sin duda, sólo nos viene a la memoria “La metamorfosis”.
“Al correr de los años, y gracias a una gran cantidad de novelas caballerescas y picarescas leídas en las horas vespertinas y nocturnas, Sancho Panza —quien por lo demás nunca se vanaglorió de ello— consiguió despistar de tal modo a su demonio —al que luego daría el nombre de Don Quijote—, que éste acometió como barco sin remos las más locas hazañas, las cuales, no obstante, por falta de un objeto predestinado —que justamente hubiera debido ser Sancho Panza—, a nadie perjudicaron. Sancho Panza, un hombre libre, acompañó sereno a Don Quijote en sus andanzas, quizás por un cierto sentido de la responsabilidad, y obtuvo de ello una muy grande y útil diversión, hasta el fin de sus días.”
Ahí se ven. Ilustración: Gorka Olmo