Columna “Política al Día”

Por Atticuss Licona

Si Lorenzo Antonio Portilla Vázquez hubiera sido completamente vertical durante los años que lleva al frente del ORFIS en Veracruz, seguramente hoy no habría ninguna duda para que se reeligiera en el cargo. Sin embargo, su actuar ha sido errático y, por decir lo menos, inconsistente.

Curiosamente sólo cuando los exgobernadores anteriores cayeron en desgracia fue cuando comenzaron a caer en cascada los señalamientos de daño patrimonial pero antes de eso, los señalamientos fueron comparativamente escasos.

Por ejemplo, a Enrique Pérez, ex titular de la SEV, le fue descontado un presunto daño patrimonial por 15 millones de pesos con una facilidad pasmosa.

Durante el 2017 la SEV habría incumplido con la obligatoriedad de contabilizar todos los ingresos percibidos y gastos generados, como dice la Ley General de Contabilidad Gubernamental y el Código Financiero para el Estado de Veracruz.

Derivado de lo anterior el Congreso del Estado de Veracruz aprobó los informes individuales el 31 de octubre y el 2 de noviembre de 2018 y encomendó al ORFIS llevar a cabo una Auditoría Financiera de carácter específico respecto a los ingresos y gastos propios. Siete meses después, el ORFIS finalmente hace entrega al Congreso del informe complementario, producto de la extensión de la Auditoría Financiera, con fecha 1 de julio de 2019, oficio OFS/AG_ST/11541/06/2019, pero no determina nada nuevo y volvió a establecer que había “ausencia de mecanismos de control” y que “no existe instrumento formal” para sancionar, por lo que no creyeron necesario que se imputara una responsabilidad por daño patrimonial y minimizó la falta cometida por la SEV.

Así, de un plumazo, de las observaciones realizadas, la FP-098/2017/002ADM dice que el recurso cobrado y que la SEV no contabilizó fue por el orden los $145,262,711.41, los cuales no aparecieron registrados contablemente ni en la cuenta de ingresos, ni en los estados financieros.

Pese a esto, se determinaron también casi 15 millones de pagos por concepto de “gratificaciones extraordinarias” que fueron indebidamente autorizadas el ex oficial mayor, Abel Cuevas Melo, y por el ex secretario de la SEV, Enrique Pérez.

Eso tan solo de la Cuenta 2017, cuando los Yunes aún no perdían el poder, y como ese caso hay muchos, muchísimos más.

Ahora, buscando una reelección, Portilla se vende como el alma de la justicia pero en su momento, cuando debió actuar con mayor eficacia fue, aparentemente, demasiado laxo. ¿Y así quiere repetir con Cuitláhuac? ¿Considera Usted que tiene los merecimientos suficientes?

@AtticussLicona

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