Chinguen a su madre, qué manera de legislar
Por Atticuss Licona
El segundo intento para quitar a Winckler en el Congreso no podía fallar. Nada de que la tercera era la vencida, ya no habría un tercer strike.
Los diputados locales de MORENA habían fallado en su primer intento de quitar a Winckler por la vía del Juicio Político y se han jugado todas las canicas en la guerra relámpago implementada el martes.
“Andamos copados de chamba, muy ocupados en el Congreso. Estamos cabildeando un tema muy delicado que va a generar mucho revuelo”, me dijo uno de los principales personajes del Congreso del Estado apenas la semana pasada.
Inquirí si se trataba de un nuevo Juicio Político al Fiscal y mi interlocutor guardó silencio unos segundos, tomó otro sorbo de su café y respondió: “No te puedo decir de qué se trata, pero vamos a demostrar que las cosas se pueden hacer cuando se hacen bien y no se le encarga a unos pendejos”, abundó.
No fue suerte la remoción temporal de Winckler, fue un ataque concienzudamente planeado que se implementó a gran velocidad y sorpresa que impidió que los panistas pudieran hilvanar una defensa coherente. Gritos y empujones fue lo único que pudieron hacer los diputados panistas. Llamadas a la legalidad y salvaguardar el estado de derecho. Nada valió. En menos de dos horas había caído el inexpugnable castillo yunista y Winckler había caído.
El frente de batalla que mantenía Yunes en Veracruz se perdió en una sola tarde y con él la ilusión de la invulnerabilidad.
Dejemos para futuras ocasiones el debate de si es legal o no la remoción de Winckler, serán los jueces federales los que determinen si proceden o no los recursos de control de constitucionalidad que él promueva.
Hoy lo que queda después de la batalla es un nuevo grupo político de MORENA en el Congreso empoderado, que como alemanes pudieron llegar ante el Führer entregando buenas cuentas. En el Congreso ha nacido un nuevo Mariscal de Campo que tendrá en adelante mayores responsabilidades y cada vez más difíciles encargos. De su eficacia dependerá su trascendencia y su permanencia, de la suerte del principal.
El menoscabo a la autonomía de la Fiscalía está por descontado. No debió ser así, pero así fue. No debieron comportarse con las mismas marrullerías que los priistas y panistas, pero así lo hicieron.
La suerte del nuevo Mariscal de Campo está echada, ya no hay vuelta a atrás.
Los panistas, derrotados moralmente, deambulan tristes y haciendo escenas entre el Congreso, en la Fiscalía y afuera de Palacio. Recogen la simpatía de algunos y el repudio de otros. No tienen ni siquiera a toda la opinión con ellos y lo saben, pero no les queda de otra. Tal vez lo único que puedan hacer es repetir las palabras que dijo Porfirio Muñoz Ledo en la Cámara de Diputados: “Chinguen a su madre, qué manera de legislar”.
@AtticussLicona