Por Maricarmen Delfín Delgado
La literatura es un estímulo importante en el intelecto de los niños, desarrolla la curiosidad por su medio, por la gente que los rodea, por la naturaleza y por otros elementos no considerados en su ambiente cotidiano. A diferencia de la información que recibe directamente del cine y la televisión, los textos que lee o escucha de otra persona lo estimulan para formar imágenes mentales transformando lo visual al terreno de la imaginación que, por sí solo, le sería difícil concebir.
La lectura es la herramienta elemental para que el infante entre al mundo de la cultura, leer sobre historia, arte, naturaleza, ciencia, música, valores entre otras áreas, es el primer vínculo con su entorno tanto en el aspecto familiar como social, amplía su universo intelectual y conceptual. Además, debe proporcionar deleite y ser atractiva ante sus ojos, con imágenes visuales llamativas e imágenes mentales lúdicas, que al mismo tiempo entretenga y eduque.
Mediante la narración los pequeños describen sus vivencias diarias, sus sueños y sus deseos, en el libro encuentran esa identidad, reconocen en la narrativa literaria, ya sea en prosa o verso, la forma de describir una historia al igual que ellos cuentan las suyas, es la forma común y efectiva de ordenar su mundo, su lenguaje interior. En los primeros años de vida, el escuchar cuentos es una fuente de motivación para que se interesen por aprender a leer, estimulados por el placer que les brinda el viajar a mundos fantásticos donde se desarrollan sus historias favoritas.
La literatura infantil es un medio de aprendizaje y acompañamiento emocional en las primeras etapas de formación, es el vínculo con los padres, abuelos o persona que los sustituye, desarrollado naturalmente al introducirse el adulto en su mundo interior y ser cómplice de su imaginario, con el intercambio de conceptos y palabras que lo acercan a comprender el mundo real.
En este aspecto, la poesía es un elemento de suma importancia para estimular la imaginación y la creatividad en los pequeños, con un lenguaje impregnado de belleza, el niño percibe el tema planteado con un juego de palabras que riman acostumbrando a su oído a percibir la armonía, pero esencialmente, el mensaje que se pretende; hacerle saber que existen necesidades y que hay manera de solucionarlas, es decir, volverlo analítico y reflexivo. Este género literario permite desarrollar capacidad de crear, propicia la fluidez en el lenguaje con el uso de múltiples palabras en la rima; la originalidad para emitir ideas raras o no comunes, la planificación cuidadosa y detallada de pensamientos, la sensibilidad para detectar situaciones problemáticas inusuales que suelen pasar desapercibidas, la percepción del comportamiento humano, expresar emociones y cualidades dando coherencia a la existencia humana.
El objetivo primordial del escritor de literatura infantil debe ser fomentar en el niño la compasión, la humanidad, la empatía, los valores éticos y morales, el amor por la familia, por la naturaleza y por todo ser vivo. Debe ser informador y formador de ciudadanos valiosos desde la primera infancia, favorecer el desarrollo intelectual y emocional, lograr una conexión entre la vida y la literatura. La lectura y producción de textos como poemas, cuentos, narraciones y canciones estimulan la creatividad con un alto valor pedagógico, los familiariza con el lenguaje literario que no escuchan habitualmente.
El contacto directo y permanente con la literatura fomenta en los pequeños la producción de escritos, con el valor agregado de estar estructurados correctamente y con creatividad, con un vocabulario sofisticado y buen manejo de la sintaxis. Al iniciar la práctica de la lectura en niños pequeños, se recomienda utilizar libros ilustrados abundantemente con dibujos y colores llamativos acompañados de textos cortos. Por fortuna actualmente contamos con gran número de escritores de literatura infantil y juvenil en casi todo el mundo, creadores del invaluable tesoro guardado en las páginas de cada libro.
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