Fin de siglo

Por Edgar Landa Hernández.

Hace unos días tuve la fortuna de asistir a una fiesta. Al finalizar el festejo agradecí a la anfitriona por el buen gesto que tuvo al invitarnos. Con una sonrisa sin igual me miró a los ojos y me dijo “No hay nada que agradecer” y nos despedimos.
Y pregunto, ¿Será verdad que no hay nada que agradecer?Dentro del gran recorrido de la vida es el agradecimiento parte fundamental de nuestro actuar.Agradecer es la mayor expresión del amor, ya que es la multiplicadora de la vida y porque es un seguro pasaporte a la salud.
Agradecer es estar en sintonía con todas las cosas del cielo y de la tierra, es reverenciar nuestra vida.Agradecer tres veces es representativo de algo que se ve como un todo: dentro de lo holístico un ser integral consta de tres partes, cuerpo, mente y espíritu.
Las dimensiones del tiempo son tres, presente, pasado y futuro.Los estados del agua son tres, sólido, líquido y gaseoso.El universo tiene tres planos de manifestación: físico, mental, etérico.
Luego entonces cuando empoderamos nuestra palabra con amor y agradecemos tres veces es por que damos gracias por lo que somos, por lo que tenemos, y por todo lo bueno que fluye hacia nosotros.Hay mucho que agradecer.
Gracias, gracias, gracias.
*Miembro de la Red veracruzana de Comunicadores independientes A.C.

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