Ellos son el problema
Brenda Caballero
¿Por qué se entregó Ernesto a las autoridades? Porque simplemente se enteró de que Karla, a la que había golpeado varias veces con un martillo en la cabeza, había despertado y estaba fuera de peligro, por lo que puede conseguir una sentencia menor si lo hacía.
¿Por qué Alberto anda huyendo? Porque golpeó a su esposa Yeny, y no conforme con ello, sacó una pistola y le disparó en la cabeza.
¿Por qué Marlon Botas sigue prófugo y huyó fuera del país? Porque asesinó a su novia Monserrat a golpes en su casa.
Estos son los últimos casos de violencia y feminicidios más conocidos en Veracruz, pero podemos mencionar otras docenas más ocurridos en este 2021 y millones de casos de violencia que no se denuncian o que simplemente nuestras propias autoridades les quitan las ganas de denunciar y las mandan a conciliar como le pasó a “Rosa” (caso expuesto en columna anterior, que de violentada por su ex pareja pasó a demandada).
Por eso llama mi atención que la Fiscal General de Veracruz, Verónica Hernández Giádans exprese que “los feminicidios se han detenido como nunca”. Ninguna autoridad puede jactarse de ello, y más cuando Veracruz contabiliza de enero a julio de 2021, 42 feminicidios de acuerdo a las cifras manifestadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), y que no cesan, pues su tendencia es a la alta, situación que todos los días conocemos con algún caso de violencia o feminicidio.
Alguna vez alguien me dijo: “¡Pero son poquitas para los millones de mujeres que ustedes son, es una cifra irrelevante!” ¡Irrelevante para él, pero no para las familias que pierden una hija, una hermana, una madre u otra pariente!
El mismo Ernesto no fue detenido; él se entregó solo porque así conviene a sus propios intereses. ¡Claro que para la Fiscal Verónica es un doble alivio! ¡Un feminicidio menos a contabilizar y un presunto culpable menos a quien buscar!
¿Pero qué es lo que pasa realmente que incrementa la violencia y los feminicidios? La respuesta es simple: “los hombres siguen violentando y matando a mujeres porque simplemente pueden hacerlo y no hay castigo”; además de que siempre es la mujer la que tiene que padecer la violencia y sus repercusiones. Si en el trabajo saben que es violentada, se le señala de “no resolver sus problemas” y hasta de ser “conflictiva”; si en una familia se conoce que un hombre agrede a su pareja o esposa, lo primero que se dice es: “¿Por qué no se va? ¡La va a matar!”; si los hijos son testigos de la violencia ejercida por el padre a la madre, no se debe “normalizar” que “se lo merecía por desobediente”.
Si una mujer es violentada por un varón en cualquiera de sus tipos no debe normalizarse, sino denunciarse, pero para ello, como sociedad estamos aún lejos de comprenderlo, y en ocasiones hasta se ha llegado a pensar que es necesaria una tercera alerta de género, cuando ya tenemos dos y es altamente visto que no funcionan.
¿De verdad cree usted que en Veracruz esa publicidad de “Las Mujeres No se tocan. Respétalas” funciona?
Claro que no, el problema va más allá para resolverlo poniendo un espectacular de camino a casa. ¿Creen las autoridades que funcionará por ósmosis o por la mirada que tenemos sobre él todos los días?
Ese dinero invertido en espectaculares y pláticas para mujeres violentadas bien podría servir para hacer encuestas telefónicas a ellos, a los hombres, tal y como lo hacen en campañas electorales para saber la intención del voto.
Hablen con ellos, hagan unas 5 preguntas sencillas, detecten a los violentos y denles seguimiento, porque muchas veces ni los mismos hombres saben que lo son.
@NumerosRojos_BC