La sobrecarga de sus sistemas públicos de salud y la importancia del distanciamiento social.
Xalapa, Ver. En los últimos meses, la pandemia causada por un nuevo coronavirus se ha extendido rápidamente por todo el mundo debido a su rápida tasa de contagio. Una de las principales causas de la propagación de la enfermedad relacionada con este coronavirus, COVID-19, es el movimiento de personas entre ciudades, donde los aeropuertos parecen jugar un papel central. Para aquellos países con grandes territorios, como es el caso de México, no solo los vuelos internacionales son motivo de atención, sino también los nacionales, ya que a través del tránsito de personas entre los aeropuertos podría facilitarse la dispersión de personas con el virus.
Basados en la movilidad aérea entre ciudades mexicanas, un grupo multidisciplinario de científicos mexicanos (del Instituto de Ecología AC; INECOL)) y brasileños (de la Universidad Federal de Ouro Preto (UFOP, Brasil) desarrollaron un nuevo modelo epidemiológico que intenta predecir la vulnerabilidad de las 50 ciudades mexicanas con mayor movilidad aeroportuaria ante el COVID-19. En su trabajo*, los científicos muestran que las ciudades más vulnerables al COVID-19 no cuentan con un mayor número de camas de hospitalización ni de unidades de terapia intensiva en su sistema público de salud para enfrentar la pandemia. La experiencia de los acontecimientos en diferentes partes del mundo es que se requieren 24.5 camas de hospitalización y 2.6 camas de terapia intensiva por cada 10,000 habitantes durante el pico de la epidemia. Todas las ciudades estudiadas cuentan con menos de 1.8 camas de terapia intensiva por cada 10,000 habitantes en el sistema público de salud. En un escenario en el que no se consideró ningún tipo de distanciamiento social, todas las ciudades estudiadas mostraron sobrecargar su sistema de terapia intensiva en un máximo 100 días después de sus primeros casos confirmados de COVID-19. De manera alarmante, se identificaron siete ciudades que sobrecargarían su sistema público de terapia intensiva en menos de un mes, explicó el Dr. Wesley Dáttilo, líder de este estudio e Investigador Titular del Instituto de Ecología, A.C. (INECOL), un Centro Público de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).
A pesar de que los resultados de este trabajo parecen preocupantes, los científicos modelaron diferentes escenarios de distanciamiento social para probar su potencial efecto en el número de personas infectadas a lo largo del tiempo. De forma interesante, el estudio mostró que si el distanciamiento social lleva a una disminución de 45% de la tasa de contagio a través de las medidas de aislamiento y sana distancia (entre otros factores), el número total de personas infectadas podría disminuir en un 77%, frenando el crecimiento acelerado de contagios en un corto período de tiempo. Así, a pesar de las limitaciones intrínsecas de todo modelo matemático, los científicos aseguran que sus resultados brindan información útil para establecer políticas y acciones de salud en búsqueda de la mitigación de esta pandemia en México.